filosofía-arte contemporáneo, cine-rock-contracultura-jiujitsu-fútbol-prácticasdelectura-política-jeetkunedo-libros, UFC, artes marciales.

jueves, 23 de mayo de 2013

Sobre JUEGOS SIN BATERIAS NI CABLES, DE BOBBI CORNER


La vida en Santa Cruz de la Sierra me ha deparado un nuevo desafío, que afronto junto a un equipo de compañeras muy creativo. El desafío consiste en elaborar textos educativos para niños. Como en toda empresa, no tenía idea de las sorpresas afortunadas que me deparaba esta nueva movida. Una de ellas ha sido encontrarme con el libro Juegos sin baterias ni cables, de Bob Conner. En google se encuentra esta reseña:

Este libro, del Grupo Editorial Norma, ofrece más de 700 ideas para jugar sin necesidad de usar cables ni baterías. La autora demuestra que los juegos electrónicos tienen una serie de desventajas: contribuyen al aumento de la obesidad infantil, al aislamiento social, y limitan la creatividad. Por su parte, los juegos desconectados construyen cuerpos fuertes, ayudan a los niños a construir amistades y expanden la mente. En un esfuerzo por volver a lo básico del juego, Conner empezó a coleccionar y a inventar cientos de juegos, luego los probó con grupos de niños entre 1 y 10 años de edad. El libro está dividido de acuerdo con las edades e incluye actividades diferentes: para jugar solo, para jugar con los padres, para jugar con otros niños y para fiestas infantiles.

Lo que la autora desea es alejar a los niños de las pantallas del computador y el televisor. Mientras los niños crezcan demasiado cerca del televisor, que es el suplente natural de la niñera en muchos hogares,tendrán menos chances de conectarse con la naturaleza, con la tierra, el barro, las piedras, el agua. La afirmación de Bob Conner es muy acertada, casi de sentido común, pero difícil de ser atendida como se debe en el mundo actual, en el que la noción de conexión ha pasado a relacionarse con el "estar en línea". ¡Qué cosa rara pensar hoy en un mundo sin internet! Tener el correo abierto, estar enchufado a WhatsUp, mantenerse visible en twitter o skype, y todo ello, puede permitirnos estar comunicados, o tener la posibilidad de hablar mucho sin decir casi nada. Estar comunicados, que es algo así como estar en contacto, no es lo mismo que estar conectados. Por ello nos hemos interesado en replantear la noción de conexión (connectivity) pero en el terreno humano de las emociones, los pensamientos, las afecciones, un terreno que se riega poco hoy. Resulta afortunado encontrarse con este libro que de algún modo apela a la imagen de estar desconectados de los juegos electrónicos para divertirse más y ser más imaginativo. ¡Atrévete a desconectarte!-señala la autora en las primeras páginas. A través de juegos variados que propone, ya sea entre niños, con los padres, o solos, los niños podrán desarrollar su creatividad, estando desconectados de los juegos, pero conectados de mejor manera con sus padres, consigo mismos, con sus compañeros de juegos, etc. Nos hemos propuesto un objetivo similar por otros medios, en nuestro libro Pensamiento inalámbrico (2013), pero con una variación de conceptos: estar sin cables, pero conectados. Por ello la noción principal para nosotros es lo inalámbrico. 



Bob Conner es suspicaz en usar la imagen de los cables. No propone necesariamente ejercicios al aire libre; se trata de utilizar el espacio dentro de la misma casa de otro modo. ¿Cómo? Su punto de partida es el juego. ¿Qué necesitan los niños para jugar? La autora demuestra algo que ya todos sabemos: que pueden jugar cientos de cosas sin baterías, pantallas, teclados ni cables. Volver a la pureza y simplicidad de los juegos del pasado, en otras palabras. Es que, con la aparición de las nuevas tecnologías de comunicación, nuestras generaciones se han agregado un nuevo problema. La cuestión de la dosificación. Tener demasiado a la mano el internet puede ser una invitación a pasar horas de navegación improductivas, mezcladas con las que se invierten con verdadero sentido. 

En todo caso, se puede extraer un nuevo problema del planteamiento que nos brinda la autora: las nuevas tecnologías de comunicación nos obligan a proteger con otra intensidad la salud de nuestros tiempos de ocio.