filosofía-arte contemporáneo, cine-rock-contracultura-jiujitsu-fútbol-prácticasdelectura-política-jeetkunedo-libros, UFC, artes marciales.

viernes, 17 de mayo de 2013

DEVENIR frente a CONVERTIRSE


En el cuento El flautista de Hamelín, de los Hermanos Grimm, se lee al comienzo que las ratas habían aparecido repentinamente en la población, y se "enseñoreaban" de las calles. En nuestro vocabulario, diríamos que se había puesto en marcha un devenir-calle de las ratas, ¿o acaso un devenir-rata de las calles? Nos trae a la memoria aquel devenir-caballo del pequeño Hans en el documento que presenta Freud; existen también devenires-parque, devenires-lluvia, en piezas clave de la literatura.

Esta aparente , nos lleva a esbozar un par de diferenciaciones entre lo que es "devenir" y lo que es "convertir". Cuando el cura argentino Jorge Mario Bergoglio fue votado en el Vaticano para ser la máxima figura representativa de los católicos, se "convirtió" en Papa de la Iglesia Católica. Que este cambio de estatus en el mundo haya coincidido con los movimientos que sostiene en sus fibras más íntimas, es algo de lo que solamente él puede dar cuenta. Sin embargo, no fue un devenir, pues el devenir no consiste en pasar de un estado A a un estado B. Bergoglio se "convirtió" en Papa, ahora le toca asumir esa conversión. 

Si la cuestión es tener "algo que ver con", una transformación, existe un ejemplo vital que nos ofrece la vida. Cuando una mujer se embaraza, y se conduce con amor cuidándose para que su hijo pueda nacer sano, atraviesa un proceso de transformación de su cuerpo, de todo su ser. Suele darse el caso, con mayor frecuencia, de que ella se siente más madre de lo que el padre se siente padre. El padre vive de diferente manera el proceso, con sus propias velocidades. No sufre la mutación de su cuerpo en esos nueve meses, no tiene que dejar de beber, salir o fumar, más allá de que deba trasnocharse en ocasiones por ciertos antojos de la mujer o experimente náuseas ocasionales, como cuando dicen del hombre que también está embarazado por contagio de su esposa. Sin embargo, lo cierto es que el hombre atraviesa una conversión. De un día para otro deja de ser solamente hijo, hombre, ciudadano, y además pasa a llamarse "padre". Es necesario un tiempo de preparación, hacer ajustes en la vela que dirige la embarcación, y estar internamente a la altura del denominativo sagrado. "Hacerse padres", es algo que se utiliza frecuentemente como expresión. 

La literatura permite otras formas de hablar y de percibir la realidad. Otro cuento infantil habla de un niño mirando aparecer las estrellas en el firmamento, y entonces entiende que está "anocheciendo". Hacerse noche del día. ¿Devenir o conversión? Existen un punto intermedio entre día y noche, es un momento maravilloso, de colores fulgurantes, se lo encuentra en el amanecer, y en el atardecer con más belleza tal vez. Se trata de una expresión que se usa para nominar el movimiento del día, "hacerse noche del día", "amanecer". Hombre-lobo-luna-pasa-bosque-oscuro. Miles de experimentaciones se pueden encontrar en la literatura. 
Los movimientos imperceptibles de la realidad se enuncian de  manera más completa con el verbo devenir, que no convertirse.