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viernes, 11 de abril de 2014

ENTREVISTA: "LUIS DIEGO FERNÁNDEZ, UN NUEVO HILADOR DEL LIBERTARISMO"



Imagen cortesía de LDF


Por: Jorge Luna Ortuño

Luis Diego Fernández (Buenos Aires, 1976) es un prolífico y joven valor de la escena cultural y editorial argentina. Titulado en filosofía en la UBA, se reivindica antes como ensayista. Ha publicado los libros Furia y clase (2009), Hedonismo libertario (2013) y Los nuevos rebeldes (2013). Su blog LOUNGE en el internet es su mejor carta de presentación. Su proyecto filosófico sigue con pasión la línea de otro contemporáneo, Michel Onfray, que reivindica un hedonismo como trabajo sobre sí mismo. Nueva Crónica y buen gobierno propuso una conversación en líneas generales que se hizo más concreta por la claridad de sus posiciones. La entrevista aparecerá prontamente en la versión impresa de la revista quincenal. 

¿Qué es para ti, en última instancia, el acto de leer?
Leer es quizá la actividad más constante que hago desde la infancia. Se puede leer de muchas maneras, de todos modos en mi caso la lectura casi siempre está asociada al acto de estudiar. Más que leer, estudio, y no es lo mismo. Uno cuando estudia, relee, se pelea con el autor, marca el libro, lo subraya, disiente, se sorprende, se enoja, toma notas y apuntes. En definitiva, se trata de asimilar conocimiento o conceptos nuevos. Incluso cuando leo ficción (cada vez menos) también lo hago estudiando la mecánica del argumento, los personajes como ideas, etc. Leer para mí es acto de placer intelectual pero sobre todo es un trabajo.

¿Te has propuesto a ti mismo la práctica de la filosofía como una creación de conceptos o como una esquematización de tradiciones?
Quizá sea un poco forzado ponerlo en ese sentido de opción excluyente. Antes que filósofo soy escritor, ensayista. Mi pasión y trabajo es la escritura, sucede que escribo ensayos donde la filosofía es la pata central por mi formación y es el corazón de mi visión de mundo y mi acercamiento a diferentes objetos. Hablar de creación de conceptos como decía Deleuze me parece un poco pedante y megalómano. Considero que recién estoy comenzando, tengo 38 años y para un escritor es nada. No fundé ningún concepto e incluso tampoco sé exactamente a qué se refiere Deleuze cuando dice eso de Descartes o Nietzsche. Uno puede tener ideas, algo más modesto, y ver como esas ideas encarnan algo nuevo pero siempre en diálogo con otras filosofías.

   Respecto de “esquematizar tradiciones”, sí, podría decir que me interesan los linajes y las genealogías entre autores. En ese sentido, sí, me gusta realizar conexiones o cánones de tradiciones de pensamiento o estética que me interpelan; en mi caso puntual son dos: el hedonismo y la tradición libertaria. En esas esferas me gusta aglutinar familias de parentesco.  Eso también opera como un orden para poder pensar mejor, dar clases, exponer, ser claro. Creo que me acerco más a eso. Mi “creación” en todo caso está más en mi escritura, en como digo las cosas o en las interrelaciones que genero con temas más excéntricos como los vinos, el dandismo, la pornografía o el rock, que para mí son efectos colaterales del linaje hedonista y libertario.

Tomás Abraham suele decir que no se estudia filosofía para ser “mejor persona”, y da el ejemplo de varios filósofos como Shopenhauer, Kierkiegaard, Nietzsche, Heidegger, etc., en el sentido de que no eran excelentes personas. Por otra parte, existe desde los griegos un trabajo dedicado a la construcción de uno mismo que debía repercutir en un ser más desarrollado, más comprensivo... ¿Cómo conciliar ambas posiciones, a fin de evitar que la filosofía se reduzca a una terapia para vivir mejor, tema tan en boga de la actualidad?
Coincido con Tomás: no necesariamente la filosofía forja mejores personas. Esos ejemplos son claros. Creo que el malentendido está en leer cuestiones como “arte de vivir” o “gobierno de sí” como si fueran recetarios o manuales. Eso no existe y la filosofía nunca se lo propuso. La filosofía es interpelación desde Sócrates. Lo que sí existe muy claramente es la cuestión de la ascesis filosófica en escuelas como los estoicos, los epicúreos o los cínicos. Eso es lo que a mí me interesa y que rescata el último Michel Foucault.

Además de las herramientas que un blog ofrece para publicitar el propio trabajo, ¿cuáles son para ti sus puntos positivos y negativos en cuanto a los hábitos de escritura que promueve?
Yo ya hace años que no escribo más para mi blog. Lo hice al comienzo (2005, 2006) pero ya publico en editoriales independientes o grupos multinacionales, y en medios de Argentina, España o América Latina. Mi blog ahora funciona tipo website: allí cuelgo todo los textos que publico en medios y lo uso para comunicar mis actividades docentes y culturales. No sé si hay hábitos negativos o positivos, para mi es exactamente igual publicar en un blog, escribir un artículo para un diario de gran tirada o un libro. Es la misma lógica y mecánica.

¿Cuál es para ti la imagen de una vacación ideal?
Me gustan las ciudades, soy urbano, soy porteño. Cuando puedo suelo viajar a Estados Unidos, me gusta la costa oeste (San Francisco y Los Angeles) y New York (luego de Buenos Aires es la ciudad que más conozco). Lo ideal para mi es caminar por ciudades, que haya librerías, cafés, cines, movida nocturna. Me gusta nutrirme de lo nuevo.

¿Eres hincha de algún equipo de fútbol? ¿Cuál?
De ninguno, no me interesa el fútbol.

¿Cuáles son los tres libros de filosofía que te llevarías contigo si tuvieras que recluirte un año en una isla?
Radiografía de la Pampa de Ezequiel Martínez Estrada, Historia de la sexualidad de Michel Foucault y Política del rebelde de Michel Onfray.

En Bolivia depender de la propia gestión para tener laburo es difícil, suele ser muy inestable. ¿Existen en Argentina algún tipo de estímulos para el trabajo de los free lance? Esto en referencia a tu postura respecto del trabajo y el grado de libertad que se deriva de ese tipo de relación laboral.
Acá en Argentina también es muy complejo poder depender económicamente del trabajo autogestivo y freelance y más todavía en la esfera cultural o editorial. Creo que cada caso es un mundo, particularmente yo trabajé diez años en relación de dependencia (en la industria editorial) y siempre busqué mayor libertad para poder dedicarme a dar clases, y escribir, que es lo que siempre quise. Hace cuatro años vivo de manera completamente independiente a través de varias actividades: mis clases en mi Escuela de Filosofía, seminarios en otras instituciones, periodismo cultural, mis libros y actividades editoriales. Se puede hacer pero requiere de mucha disciplina y fuerza de voluntad así como de capacidad emprendedora e inventiva. Yo no tengo ni solicité nunca ningún subsidio ni beca estatal ni privada. Ni sé cómo se hace. No soy ejemplo de nada ni digo que sea bueno o malo, sólo que en mi caso particular me sale así y me gusta vivir así. Más allá que mi visión de mundo es libertaria y trato de ser consecuente entre mis acciones y mi discurso, uno siempre está en contacto con lo institucional estatal o privado, yo realizo trabajos puntuales pero sin formar parte de esas estructuras. Es un modo de vida que no implica hacer cualquier cosa, sino todo lo opuesto, tener muy claro hacia donde se va. La inestabilidad laboral está presente como también lo está en otros trabajos como la actuación, el teatro, las actividades artísticas en general, pero también si uno trabaja en una empresa está el riesgo permanente de ser despedido. Salvo se tenga herencia familiar (no es mi caso) y se rechace ser un funcionario público (tampoco me interesa ese condicionamiento ideológico) es la única forma que encuentro para generar mis ingresos: ser un trabajador autónomo.

La última. ¿Placer o deseo? ¿Por qué?

No sé puede elegir. El deseo es el motor, es el creador de la realidad. El placer es una consecuencia, es un acto concreto. Los dos son vectores centrales de mi vida y estimo que de la vida sana de cualquier persona que busque la felicidad en este mundo. 

jueves, 10 de abril de 2014

NO LOGO El poder de las marcas de Melanie Klein


Recomiendo vean el documental No Logo, el poder de las marcas, de aproximadamente 40 min, donde Melanie Klein, socióloga e investigadora, se explica acerca de las ideas que expuso en su libro del mismo nombre, que se publicó el 2000 y fue todo un éxito editorial. El libro es una suerte de catálogo de ideas que apoya a los movimientos de resistencia anticorporativistas en el mundo. Vi el documental almorzando hoy, es una versión audiovisual que trata sobre el papel de las multinacionales y el modelo de consumo norteamericano, exportado en mayor o menor medida a países como nuestra Bolivia. Lo primero que me trajo a la mente fueron las ideas de la policía del pensamiento de George Orwell en su mítica novela 1984. ¿Es ese el orden mundial que se ha gestionado por medio de las multinacionales?



Breve apunte: Las marcas son básicamente imágenes que se eligen para englobar una forma de comunicar un mensaje central respecto de un producto o de un servicio. Coca Cola por ejemplo, ya se lo había escuchado decir a los estudiosos del neuromarketing, no vende solamente unas gaseosas, principalmente vende momentos especiales con la familia y los amigos, momentos memorables, como la navidad, que pasan a lado de una Coca Cola. Asquerosa bebida por lo que a mí respecta, pero poco interesa ello dado que se enmarca la cuestión en un tema de gustos, cuando no lo es. El tema aquí es que todo esto no es inofensivo. Una de las críticas de Klein tiene que ver con los sueldos basura que estas grandes corporaciones ofrecen a personas sumisas que necesitan desesperadamente hacer el trabajo manual encerrados en algún parque industrial. ¿Sabías que algunos chinos no ganan más de un dólar al día para que se puedan confeccionar y ofrecer con un precio algo más barato las gorras y los busos Nike que llevas puesto con aire de orgullo?

Walt Disney sería una de las corporaciones que ha llegado a su punto más alto, por el largo tiempo que tiene en el aire, lo que le ha permitido forjar una imagen de una vida pasada añorada alrededor de sus productos. Leyendo el libro biográfico sobre Steve Jobs, entendí también cómo se había dado luz a la campaña publicitaria "Think Different" de Apple, muy inspirada por la manera de publicitarse de Nike. Ellos venden productos manufacturables, pero en el imaginario del cliente, lo que está comprando es una idea, en última instancia, está comprando "estilo de vida", "rebeldía", "capacidad de construir su propia vida" o bien "glamour". Relacionar los productos Machintosh con personajes como Gandhi, Martin Luther King, Muhammad Alí, Bob Dylan, Mandela, y otros más, fue un paso arriesgado, pero demostró ser totalmente creíble, la conexión se entendía. 

En mi propia experiencia debo recordar las épocas que trabajaba en Herbalife, que fueron de mucho aprendizaje y de cierta ceguera. Cada día al empezar te decían que puedes ganar dinero extra trabajando pocas horas a la semana. Ese es el discurso inicial, "sin jefes, sin esclavitud de ocho horas al día, con tiempo de calidad para tu familia y, sobre todo, con salud, alimentándote con productos que pueden mejorar tu nutrición". Pero apenas te tienen dentro comienzan a realizar el trabajo de lavado de cerebro, que se produce por una masa que te asedia constantemente, todos los que llevan su estrellita en la solapa conspiran para manejar un discurso parecido, te presentan a un viejo vendedor que tiene para ti los mismos consejos gratuitos, ¡anímate a arriesgar!, es decir, compra producto al por mayor. Hablamos de cifras que van por lo menos en $us 2000. Así, el tipo que había ido ahí sin tener un trabajo, se ve animado a invertir dinero que deberá prestarse, para luego hacerse responsable por distribuir su propio stock, que compró con precio al por mayor. Esto lo vuelve en supervisor, lo cual se convierte en una especie de estatus dentro de la compañía, porque le dicen que compró la posibilidad de hacer lo que siempre quiso, ir a Miami o a Bogotá, comprar un auto, siempre y cuando, venda todos los frasquitos y haga lo mismo unas veinte veces más. Al distribuidor, el que está en el primer peldaño, lo tratan literalmente con cierta indiferencia, con algún menosprecio implícito en la forma que configuran sus reuniones para que se vea claramente quiénes son solo distribuidores, y él deberá abandonar la reunión una vez que se pasa a los supervisores que recibirán "secretos increíbles" para llevar su negocio a otros niveles. 

Al final del día, lo que hacen es internalizar en los sujetos un hambre que no se tenía antes. El hambre de verte rodeado de fotos, de gente que te de importancia, en un STS, o en un HOM, o en algún otro evento donde te piden autógrafos y te tratan con mínima atención. La gente desea sentirse importante, de pronto entiende que en esta especie de iglesia evangélica podrá sentirse así. En una ocasión en una de esas cenas de promoción mencioné que Herbalife era como una religión, lo cual no gustó a mi patrocinadora, Nicole, que a su vez era hija de una mujer muy dogmática, evangélica si mal no recuerdo. Ella me lo hizo notar con una interferencia apenas noticiable en su sonrisa y su mirada, pidiéndome que no diga eso, pero inmediatamente recompuso su sonrisa y pasó a otro tema. Herbalife crea su propia jerga, su espacio, como si nada al exterior importara realmente, somos todos dependientes de la gallina de oro, que es la compañía, no importan los bloqueos, ni los paros, ni las bajas condiciones en Bolivia, sólo que te pongas el botón y salgas a las calles a distribuir tus volantes, hagas llamadas, consigas citas, invites a gente a los eventos de reclutamiento, y repitas todo de nuevo. 

En No Logo, Melanie Klein llama la atención sobre la forma en que las nuevas formas de usar el marketing han ido muy lejos en la intrusión en nuestras vidas. Ahora, con el discurso de que trabajas para hacerte rico, para ser dueño de tu tiempo, acabas más endeudado, trabajando a todas horas, fines de semana en eventos, luchando para clasificar a un evento de fin de año en el que te pasarás tus días asistiendo a reuniones de entrenamiento en ventas, trabajo de equipo, administración de tus productos, conocimiento de mercadeo multinivel, manejo de distribuidores, etc. 

En fin, toda esta cháchara para decirles que soy uno más de los que se siente muy interesado en explorar los temas de estudio y de crítica que propone Melanie Klein, de quien no tengo ninguna otra referencia. Revísenlo por su cuenta y seleccionen lo que les sirva. 

BARCELONA F.C. AL LIMBO





El Barcelona fue eliminado ayer de la Champions League, y la historia es sabida cuando pasan estas cosas. ¿Otra vez especularán sobre el final de un ciclo? Los cuervos que esperaban impacientes pueden ahora saltar encima del cuerpo caído. Esos cuervos son los mismos que semanas atrás glorificaban a Messi y a Iniesta, tras la victoria a domicilio en el clásico frente a los madrilistas (3-4). "Messi es Di Estefano", rezaba una nota en El País, diario de Madrid, el mismo que publica ahora notas que sepultan al Barza en el lugar que se le otorga a una cansada anciana. Así, no hace mucho se saludaba la reacción del Barza, notable reactivación de su maquinaria algo menos lúcida en esta temporada. Lo único que aprendemos de ello es que los medios importantes leen el fútbol como una cuestión de moda, en función de quién gana. 

Cierto que ayer los azulgranas jugaron un partido opaco, ausentes la mayor parte del segundo tiempo, cuando más se los esperaba. ¿La culpa la tiene Martino? En parte sí, él tiene responsabilidad. Pero también mérito enorme de la entrega de los adversarios, que pusieron el cuerpo para dar vida a la idea que manejaba Simeone. El cholo había establecido una clara diferencia entre ambos cuadros: "Ellos juegan con el balón, nosotros jugamos con los espacios". Así, palmo a palmo, el cholo construyó un discurso orgulloso de su propio equipo y su estilo, que nada le tiene que envidiar a otros cuadros top del continente. 

Por su parte Martino siempre se mostró más calculado, más modesto, hablando de una gestión ganadora que le precedía. Cuando llegó al Barza anunció que se respetaría el estilo que tantos títulos y prestigio le habían dado al Barza, pero que se añadirían algunos elementos, algunas variantes, mientras que se trataría de recuperar otros perdidos, como la intensidad en el juego. Tuvo su época este discurso, pues en el análisis, a unas fechas de cerrar la temporada, el Barcelona no logró ser mucho más que la genialidad de sus jugadores clave, en momentos exigentes, cuando estaban despiertos con todas las luces. Cierto una vez más que el fútbol se arma con jugadores, dejen para un segundo lugar todas las estrategias. La levantada frente al Real Madrid, algo inesperada en tal manera, nos hizo ilusionar a los que disfrutamos cuando juega con belleza el Barcelona, pero resultó ser una especie de energía de reserva, no mucho más quedaba en los galones. 

En la víspera de la vuelta de cuartos de final, Xavi decía que el Atlético de Madrid es un equipo que ha sido armado a la inversa del de ellos, es decir, con énfasis en el juego en otro lado del campo, desde atrás. Están hechos para incomodar a cualquier equipo que le quiera tocar la pelota, y como esa es una especie de nueva moda que se incorpora desde los éxitos del Barcelona, hicieron bien Simeone y compañía en basar por ahí la clave de su propuesta. ¿Podrá desactivar de la misma manera la máquina del Bayer Munich? 

Volvamos a lo que aconteció en el Vicente Calderón, que fue una verdadera olla de cocción, para comerse crudos a los azulgranas. ¿Qué tenían además de las ganas y el talento de Neymar? Messi encerrado. El relator de Fox Sports decía que veía a un Barcelona atado a su chip de juego, el del control del balón, con vistas a controlar el partido. Todas las estrategias victoriosas de oposición que le han planteado otros equipos antes, como el Chelsea, el Inter de Milán, el Real Madrid alguna vez, en aquella Copa del Rey del 2011, luego el Bayer de Munich, y ahora el Atlético de Madrid, se combinaron y perfeccionaron ayer en un arma anti-incendios. El cholo Simeone apuntó después, en la conferencia de prensa, con sonrisa sobria, que los más de 700 pases del Barcelona no le habían servido para controlar el partido "como hubiera querido Martino". Ironía, antídoto contra una manera de jugar que comienza a volverse caricatura. 

La teoría dice que cuando deseas manejar el partido debes retener el balón, "administrarlo", palabra contaminada desde otras áreas, y en otros términos, monopolizarlo un poco. Todos los equipos lo sabían, aunque sea por un entendimiento de sobrevivencia, o por algo que se aprende jugando en el barrio, que cuando el partido está por acabar y ganas por la mínima diferencia una cruenta batalla, tienes que irte al costado del córner, trabar, amarrarte el balón para que el tiempo pase. Eso lo hacían los más mañudos, desde hace mucho, los argentinos especialmente siempre han manejado este ítem en sus selecciones y equipos ganadores de Copas Libertadores. Lo que hizo el Barcelona fue diseñar una manera de retener el balón que se practicara como parte del mismo juego, como su esencia, no como su paralización ni si cortocircuito. Lo hizo de maravilla, pensamos en aquel equipo de Guardiola que doblegó al Manchester United en la final de la Champions League del 2009, o aquella versión que vapuleó 5-0 al Real Madrid de Mourinho. Pero entonces tenían a Etó, a Henry, a Larssen, pasó Villa, y luego venía Messi, estaban Iniesta y Xavi, y Dani Alves ya despuntaba. Parecía un equipo algo más versátil, diverso, con posibilidades físicas distintas. Pero ante todo, todavía no había sido completamente estudiado su funcionamiento.

Se ha comprobado que cada vez le duele más a los petisos del Barcelona confrontarse contra equipos que sostienen un juego de mucho vigor físico, de intensidad continua, porque ese es el ítem en el que no pueden competir en igualdad. Intentaban que su mejor posicionamiento en la cancha, su mayor cualidad técnica, y su posesión de la bola fueran palancas para contrarrestar esa dificultad, pero ya no ha sido así. Ya la pasada gestión el Bayer de Munich mezcló potencia física con calidad técnica, ambición y agresividad, y se convirtió en la bestia negra del Barcelona, lo despachó metiéndole 7 goles en dos partidos de ida y vuelta. Por otra parte, el biotipo de sus jugadores no invita al choque y a ese tipo de desgaste, cuando prefieren la elegancia, el juego virtuoso, el pase entrelíneas, la genialidad, una gambeta. No es muy probable por ello que se le gane al Barcelona jugando un lindo fútbol, todo el éxito consiste en hacer un partido engorroso, sin claridad, monótono, sin sorpresa. También sufre el espectador. 

Recuérdese que estos mismos petisos sufrieron contra Brasil en la final de la Copa Confederaciones. Brasil tenía un plus vital en aquella ocasión, podía incorporar a su juego la reciedumbre, la pierna fuerte y decidida que demandaba Felipao Scolari, pero al mismo tiempo tenía ya incorporado el chip del toque de balón, de la armación creativa de una jugada, y el talento técnico igual de depurado, de modo que resultaba un mal rival para España, que terminó vencida aquel día por un categórico 3-0 que mereció ser más. 

Resumiendo, el Atlético de Madrid ha puesto en escena una actualización de las mejores versiones de marcar a Messi, y de anular a un equipo de talentosos que no están diseñados para el choque ni el partido friccionado. Antes se pensaba que la técnica podía vencer a la fuerza, lo decían también los de la Familia Gracie en ocasión de los primeros campeonatos del UFC. Después se dieron cuenta de que no es sólo eso, ante todo se trata de la sorpresa, de la capacidad de hacerse indiscernible para el adversario, y de replantear el problema. Royce Gracie llamó la atención sobre la pelea en el suelo, otra zona de definición. Pero años después, cuando el mundo se había puesto al corriente, sufrió contra Sakuraba porque el japonés estaba preparado para todo lo que pudiera intentarse en el suelo, y estando de pie igualmente llevaba la ventaja. Toda la técnica contra un Sakuraba un poco más pesado no le sirvió de nada, se había desafiado un discurso. Paralelamente, en el fútbol, los equipos que le juegan al Barza han tomado mayor consciencia del peligro de los pases entre líneas, ese juego rasante milimétrico que dominan Xavi e Iniesta, y entonces decidieron jugarle con dos bloques de cuatro o hasta cinco jugadores, poniendo ambas líneas muy juntas, todo compacto. La marcación en zona de Arrigo Sachi del Milán de otrora tuvo influencia en el esquema usado por el cholo, cierto. 

Cuando la batalla se alarga el oponente se adapta a tus estrategias, eso es mortal. Antes de que acabara el partido, varios jugadores del Barza parecían caminar por el campo ya resignados, pensando en la ducha que se darían en vestuarios, el momento de anudarse los calzados e ir para casa, la vista de la ciudad de Madrid en fiesta mientras pasara por ahí encogido su bus con el rabo entre las piernas, empequeñecido por la dureza de los hechos que rompía su sueño.

Durante el partido todo fue del manual de cómo jugarle al Barza, un manual al que ha contribuido decisivamente Mourinho en su paso por la casa blanca. El primer gol de Atlético llegó producto de una presión en zona alta que efectuaron los rojiblancos, demostrando que no todo es caramelo y toque fino para salir jugando cuando cuecen las papas; primer punto fuerte contra la filosofía de Pep Guardiola, que se molestaba cuando alguien tiraba la bola como despeje, sin cuidado por la estética. Luego, en el gol, fueron dos cabezasos en el área, el primero uno que le ganan en el salto al pequeño Jordi Alba, hasta el otro lado donde un también bajo Dani Alves debía defender. Los laterales del Barcelona son de baja estatura, y sin embargo los culés se dan el lujo de jugar con un otro central que también es bajo, Mascherano. Una saga de esas características tendría que jugar con  tres centrales, para brindar mayor protección y reforzar su juego aéreo, y jugadores del tipo Thiago Silva, Marquiños (del PSG), o David Luiz del Chelsea, le vendrían de maravilla. Pero el Barcelona, con Andoni Zubizarreta como consejero, decidió desde el principio de la temporada ganar o morir vistiendo su vieja ropa guardada, no contrataron sagueros, apostaron por un Puyol que ya daba señales claras de potro cansado, y así siguieron con su tozuda fórmula, aquella para la que los equipos más competitivos de Europa ya tienen el antídoto. ¿Qué le hubiera hecho el Bayer a este Barcelona, y el Chelsea? 

Tal vez fue mejor que se fuera antes, por evitarle mayores agravios a su jerarquía. Se fue antes de lo que esperábamos, fue en cuartos de final y los detractores lo recordarán por buen tiempo. La mediocre forma de clasificar de los culés frente a un Manchester United en desventaja, con un empate sin muchas ideas en su propia casa, mostró por adelantado la poca contundencia y ambición que tenía este Barcelona, debilitado desde lo anímico y en cuanto a su fuerza de deseo. ¿Qué interés tiene ganar cinco campeonatos haciendo lo mismo cada vez, un run run que no se acaba y que se privilegia por encima del mismo fútbol, casi una fórmula que parece valer más que la vida misma? 

Surge un tema a futuro. En la prensa de El País escriben que a Messi siempre había que instruirlo, que no es un genio del que sólo cabe esperar magia y no hay que molestarlo; más bien sugieren que Guardiola trabajaba mucho con él, en su mentalización, en tener claro lo que tenían que hacer, y con Messi no habían tantas concesiones. ¿Pero cuánta moral puede tener un técnico rosarino como el Tata para llegar al Barza y decirle qué hacer o ya no hacer a otro rosarino más grande como Messi? Es muy difícil hoy llegar al Barza e intentar algo riesgoso. ¿Cómo tuvo que portarse Neymar al llegar? ¿Qué actitud era la que más le convenía? Fue muy humilde y breve, por lo que oímos, si llegas a un equipo que ha ganado tanto sin ti, ¿qué te queda si no esperar que te permitan ser parte? En el caso de Romário el año 1993 llegaba en situación algo parecida, el Barcelona ya era ganador repetidas veces de la Liga, tenía ya una orejona en su historial, pero él llegaba sin rastros de humildad ni de adaptación. Él llegaba para ser Romñario. Es cierto que el Barcelona ya era un equipo dream team antes de él, pero Romario opinaba que nunca habían tenido un Romário en sus filas, nunca habían ganado en la forma que lo harían con él. Lo esperaba otro zurdo, menos estrella que Messi, se llamaba Stoichkov, muchos pensaban que sería su verdugo, pero se convirtió en su mejor amigo, ambos eran de pocas pulgas, ambos vividores, amantes del gol, se entendieron rápido. No ha pasado lo mismo entre Neymar y Messi, en parte porque se percibe desde fuera una situación algo odiosa dentro del Barcelona, un excesivo celo en torno a la pulga, una especie de respeto para no tocar su protagonismo ni tantearle la corona. Se fue Etó por algo relacionado con ello, Villa no aguantó del todo esa filosofía, e Ibrahinovic fue quien peor se fue, enemistado con esa forma de gestionar el banquillo. 

No sabemos qué le espera al Barcelona, eso es lo interesante. Tal vez todavía tenga ánimos para terminar la Liga deseándola con hambre de campeón. Tiene por delante una final de Copa del Rei, contra los merengues, y aquí se notará la mano del técnico Martino, su forma de gestionar una nueva levantada, y manejar un grupo tan grande que parece necesitado de renovación urgente. Con un castigo de la FIFA que le prohíbe hacer nuevas contrataciones, por lo pronto, nos parece que el equipo se instala en el limbo.