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lunes, 6 de mayo de 2013

La categoría de Carlos Bianchi, técnico de Boca




El último clásico Boca-River (5-mayo-2013) terminó empatado, y lo que es peor, deslucido. El técnico de River, Ramón Díaz, salió echando humos antes de tiempo, y todavía en caliente dirigió algunas palabras a los  de Boca, dijo algo así "nosotros no somos como los de Boca, nosotros no festejamos empates". Sobre esta afirmación le preguntaron a Bianchi cuál era su opinión en la conferencia de prensa. Bianchi tuvo categoría. Terminó de empujarse un bocado de soda calmadamente, calibró la intención de la pregunta mientras miraba al periodista y respondió con una sonrisa: "Lo que yo responda ustedes lo van a usar de titular mañana. Ahora tengo deseos de estar con mi señora, mis hijos y mis nietos. Cada uno es dueño de decir lo que quiere. Todos saben cual es la verdad". 

Por supuesto que no estaba obligado a dar una opinión sobre esa afirmación. Él tiene cosas más importantes de que ocuparse, y ahí no había nada que pelear. La disputa de opiniones no definiría nada, cuando hay algo cierto que trasciende a ambos. 

Después le consultaron si había visto al frente a un equipo que tiene hambre de competir por el título.

Esa sí era una pregunta que le permitía hablar un poco más de fútbol. Sutilmente, Bianchi le lanzó algunos palos merecidos a Díaz en su respuesta. "No nos apretaron atrás como pensé que podían hacerlo, una vez que el partido estaba 1-1". "Nosotros teníamos a 7 chicos en cancha, eso nos alegra, muestra que hay proyección a futuro". "Por lo menos ellos tenían la posibilidad de planificar el partido durante toda una semana. Cuando uno juega cada tres días es más difícil mantener una regularidad en las alineaciones".  Claro, se refería a que Boca está jugando la Libertadores, pero en ningún momento menospreció la importancia del campeonato local. Fueron observaciones de ese tipo, bastante acertadas respecto de la realidad, nada malintencionadas. 

Nunca lo admiré particularmente, sí me inspiró respeto siempre por la eficiencia de sus equipos. Pero en esta ocasión había que hacerlo notar, su gesto corresponde a los detalles que marcan la talla de los grandes. Ese es Carlos Bianchi. 

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