El concepto le pertenece al filósofo, o dicho de manera más precisa: la creación conceptual es la especialidad del filósofo. Esto no se había dicho tan claramente hasta antes de que Gilles Deleuze y Felix Guattari reivindicaran a la filosofía como el arte de formar, de inventar, de fabricar conceptos. El marco de la creación de la filosofía en la antigua Grecia es la competencia entre hombres libres, la rivalidad entre sus desacuerdos, un atletismo generalizado reunido en el ágon. La creación solía, y suele todavía hoy, adscribirse a las artes y al ámbito de lo sensible, pero lo que recordamos con Deleuze es que los conceptos tienen mucho de materia sensible o sensibilia. Filosofía: conocimiento de la realidad sensible mediante conceptos.
Los conceptos se crean dentro de una intuición que les es propia: "un ámbito, un plano, un suelo, que no se confunde con ellos, pero que alberga los personajes que los cultivan." Los conceptos grandes de la filosofía llevan la firma de un autor: "Sustancia", firma Spinoza. "Crítica", firma Kant. "Idea", firma Platón y muchos casos más. "Velocidad", Paul Virilio, para hablar de un filósofo recientemente desaparecido. Sin embargo, si bien se ordena así cual es la especialidad del filósofo, no se puede pretender que esto le otorgue una preeminencia sobre las otras disciplinas a la hora de pensar y de crear. El filósofo ha crecido a lo largo de los tiempos cultivando su oficio sin que lo respeten precisamente por ello, y aguantando una serie de majaderías que le atribuían esa tarea a otros pretendientes del conocimiento y de la experiencia sensible. (artistas, diseñadores, incluso comunicadores o curadores). Deleuze y Guattari ya hacían notar en su tiempo, a inicios de los 90, que existe por ejemplo el pensamiento científico y funciona autónomamente. Del mismo modo, cabría hablar del pensamiento artístico. Respecto de este último, tiene unos valores que lo sostienen y que lo acercan mucho a la filosofía: se valoriza la incertidumbre, la conexión, la antijerarquía y la divergencia. Marcel Duschamps es particularmente desafiante y propicio a la hora de encontrar los puentes entre lo filosófico y lo artístico.
La siguiente pregunta a despejar es ¿por qué se necesita crear conceptos? Mi experiencia dictando materias en universidades me ha mostrado que todos confunden a la Idea con el Concepto. Dónde encontrar su diferencia. Siguiendo a Platón, él creó el concepto de Idea. La Idea puede ser un concepto, pero un concepto no puede ser la Idea. La Idea es una creación posterior, una segunda derivada por así decirlo. Una idea puede ser espontánea, surgir repentinamente como resultado del procesamiento de información con la que se cuenta y un hecho disparador en el mundo físico material. Tener una idea puede ser una fiesta, que a uno se le ocurra algo que no se le ocurrió antes a alguien. No es un regalo, requiere de tener despejada la mente, pero al mismo tiempo involucrada con un asunto, una cuestión, que la lleve al final feliz.
Es en el estudio de los conceptos donde se encuentra de manera más fructífera y amigable el pensamiento filosófico con el pensamiento artístico. El concepto es una realidad filosófica, y no se puede dejar de recalcar que el concepto no está dado, sino que responde a una agrupación de elementos que se construye. "Cuanto más creado es el concepto, más se plantea a sí mismo. Lo que depende de una actividad creadora libre también es lo que se plantea en sí mismo, independiente y necesariamente: lo más subjetivo será lo más objetivo." (Deleuze y Guattari: 1993, p. 17).
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