filosofía-arte contemporáneo, cine-rock-contracultura-jiujitsu-fútbol-prácticasdelectura-política-jeetkunedo-libros, UFC, artes marciales.

viernes, 12 de enero de 2018

LOVE CHANGES



We fall in love with one version of someone
and then we expect them to stay that way,
but they never do.
So, I think we are suppose to learn to really
embrace the unknow,
embrace evolution.
And learn to have flow with it
as a living organism. 

OLIVIA WILDE 

INVESTIGACIÓN EN ARTES SEGÚN JUSTO PASTOR MELLADO


(Extraído del capítulo 5 del libro de Justo Pastor Mellado, ESCRITURA FUNCIONARIA, editorial Curatoria Forense).

Unidades de formación e investigación en artes visuales
Investigación, en este terreno, es sinónimo de producción de conocimiento. En cambio, la “investigación implícita” existente en todo trabajo de producción artística no está orientada a la producción de conocimiento, sino más que nada a la producción de obra. Entendamos que la producción de obra es un tipo específico de producción de conocimiento que, en términos estrictos, excede la tolerancia epistemológica de los procedimientos de trabajo universitario. Esto quiere decir que acarrea consigo una epistemología de segundo grado, por decirlo de algún modo, que corre unos riesgos impensables y que se sitúan en el terreno de la irreductibilidad.
Reinaldo Laddaga, en su Estética de Laboratorio, reproduce la pregunta que se formulara Paul Valéry en Piezas sobre arte (Madrid, Visor, 1999): ¿Qué son las obras de arte? Y que responde de la siguiente manera:

“Las obras de arte son ‘objetos’ en el sentido material de la expresión, o secuencias de acciones, como sucede en el drama o en la danza, o sumas de impresiones sucesivas que también son producidas por acciones, como en la música, que poseen un atributo adicional: estos objetos o secuencias de acciones, cuando funcionan, son de algún modo irreductibles”.


La irreductibilidad no es el objeto del trabajo de la investigación en artes plásticas. Su objeto plantea desde un comienzo la reducción de sus elementos y la delimitación de su campo de intervención. 


CONSTRUYENDO SUMERGENCIAS (III): DE BARTLEBY A BANKSY


Obra de Banksy en el parque instalación Bysmaland


Investigación sobre los seres sumergentes: Quiénes son. Qué los define. Por qué vale la pena tomar atención en ellos.

Hay un tipo de desobediencia a la que se llega al final de un ciclo grande en la vida. Hay un tipo de sublevación que ya no tiene ganas de nada, a la que ya no le entusiasman muchas cosas. ¿Desobediencia de potencia débil? De ello nos habla Melville en su relato corto Bartleby. Hay que ver cómo Bartleby es una experiencia subterránea, nos sumerge en un mundo de visiones completamente diferentes, nos transmite la frustración y cierta dejadez, el aburrimiento de alguien que ha trascendido todos los juegos de la vida común. También el de alguien que ha perdido algo muy grande que ya no se podrá recuperar nunca más, por lo que todo se relativiza. Espíritu exhausto. Bartleby es un relato molecular, porque viendo su historia y el desenlace, uno podría decir que no pasa realmente mucho, es algo monótona y estacionaria. Sin embargo por debajo, a nivel molecular, están pasando muchas cosas. La escritura está trabajando silenciosamente áreas descuidadas en la psiquis de los lectores.

Cuando decimos que es molecular solamente estamos siguiendo los criterios expuestos por Deleuze y Guattari en Mil Mesetas y El AntiEdipo. Ellos tuvieron el tiempo de escribir todo un análisis sobre Kafka, pero el precursor, y lo sabían, era Melville. No me queda duda de que Metamorfósis es una creación inspirada en Bartleby. En Bartleby se encuentra uno de los gérmenes de la idea de devenir-animal, devenir.insecto e imperceptible. Casi al final de su obra publicada, en 1993, Deleuze le dedica un ensayo ya memorable a estas alturas en su libro Crítica y clínica: "Bartleby el escribiente". Aquel libro tiene la expresa intención de atender a los intereses literarios del filósofo, pero siempre dentro de su diagrama de su trabajo, de su tipo de búsquedas.

El esquizoanálisis, análisis de líneas de vida, nos habla de la línea molecular. En esa línea suceden muchas cosas en Bartleby: El devenir-insecto de Bartleby, quien no era más que un ser desanimado, actuando al mínimo de sus energías. Preservaba por alguna cuestión de principios o de comodidad un espacio último de libertad para sí mismo, en el que decidía hacer o no hacer, sin importar dónde estuviese. Los que tienen mentalidad de esclavo aún arraigada en el inconsciente titubean y eligen llamar de jefes a sus superiores en una oficina. Bartleby no era particularmente un ser irrespetuoso, pero la desobediencia, por más calmada que sea, es una desautorización al poder, que se suele leer como falta de respeto.

Yo conocí a Bartleby de otra manera cuando vi a los ojos a mi abuelita en su encierro voluntario en la vejez, pasados los 80 años, en su alejada casita. Su insistencia era por preservar su libertad de espacio y de toma de decisión en su espacio. Las familias ya tienen sus normas y sus tiempos, me decía, yo quiero vivir aquí nomás haciendo mis cosas. Si me quieren ver me pueden visitar. Su corazón se había vuelto frío, aunque no perdiera la ternura que le brotaba en ocasiones. Esa sensación de auto-reclusión, ese retiro en el que uno se entrega luego de que ha perdido lo más querido, es lo que siento en Bartleby. No sabemos nada de su pasado, pero es una historia de rechazo, de indiferencia, hacia los valores puntales de la sociedad que no considera al individuo.


El parque Dismaland, una instalación de arte de Banksy en colaboración con varios artistas, es una experiencia de desencanto contemporáneo.


Hoy vuelvo a Bartleby por enésima vez, pues estoy buscando entender más del artista Banksy, graffitero y artista urbano reconocido a nivel mundial, pero de identidad desconocida durante más de veinte años. Ese es un primer dato para entender por qué los relaciono. Deleuze me enseñó a admirar la anonimidad de Bartleby. Su falta de preferencias, la imposibilidad de colgarle ningún cartel para definirlo. Bartleby sorprende porque no es identificable, de repente en la oficina donde trabaja se dan cuenta de que no está lejos de ser un fantasma, por su falta de pasado, de familia, de referencias de cualquier tipo.


Banksy documentary: Welcome to the Banksy art hotel in Bethlehem


 Banksy es un desconocido. Golpea a la sociedad con sus graffitis anónimos. Llevan su firma pero quién es él. Banksy preferiría no decir su nombre. La identidad, el nombre, el rostro, nos congelan, nos fijan. El rostro te hace sujetable, también tus señas, tus hábitos y tus preferencias. Por ello, como estrategia de resistencia, me interesa plantear un pensamiento inalámbrico, que alude directamente a procesos de subjetivación de resistencia. Lo que se necesita es descablearse de las prioridades de la sociedad, de su visión y de sus premuras. Mi propuesta es actuar desde una situación no atada ni aferrada a un punto clave, centro, ni derecha enraizante. Pero mantenerse conectado con una profundidad que te otorga balance. Es una sensación la conexión. Conectarse para no traicionarse a uno mismo. Pero saber si estás conectado y bien descableado es algo que hay que averiguar, que se observa en la acción. No basta con la voluntad, con la decisión. En algún punto nos sobrepasa. La acción humana sobrepasa al yo. (Los testamentos traicionados, Kundera). 




Banksy y su relación con Palestina. 

EL PADRINO RELECTURA




El Padrino (1969), la novela escrita por Mario Puzo, nos maravilló y no ha dejado de maravillar a varias generaciones desde su aparición. Después de haberla leído varias veces, después de haberla asimilado y dado vueltas por largo tiempo, nos hacemos una pregunta ociosa y tal vez divertida, pues deseamos entender mejor una cuestión: ¿Cuál fue el razonamiento que le permitió a Sollozo atreverse a ejecutar el gran ataque contra la Familia Corleone? Y relacionado a ello, ¿cuáles fueron los errores estratégicos de Vito Corleone al respecto?

Si hacemos un ejercicio, podría decirse que comienza por calibrar la real fuerza de los Corleone, y después de sopesar una serie de acontecimientos llega a la conclusión de que su fortaleza ha sido sobre-valorada por el resto de las Familias. Es decir, no se malentienda, le tiene muchísimo respeto a los Corleone, y no se metería así nomas con ninguno ellos,  pero dado que los necesita para iniciar sus operaciones con el tráfico de droga en América, se exige pensarlos y evaluarlos. Y cree descubrir que los Corleone están sobre-valorados principalmente gracias a que ellos mismos saben encubrir muy bien sus debilidades, son discretos por educación, no revelan nada que pueda perjudicarlos, ni siquiera se sospecha que puedan tener alguna división interna. Sin embargo, Sollozo necesita encontrar una grieta, y cree tenerla. Por lo pronto lo que sabe es que el Don, Vito Corleone, se está haciendo más viejo, que ha empezado a tener algunos descuidos, que se lo ve comprando fruta en el mercado de vez en cuando, y él se dice a sí mismo ¿por qué no enviar a un encargado para que cumpla esos sencillos menesteres? Pero el Don es un hombre de tradiciones, conserva algunas pequeñas manías, detalles que lo ligan a su pasado antes de que se convirtiera en alguien poderoso, y son estos detalles, después de todo, una especie de lazos que le aseguran mantenerse con los pies en la tierra: visitar a los viejos amigos, tocar las frutas, recorrer el antiguo vecindario. Vito es esencialmente un hombre sencillo, nada odiaría más que el deber de tener la mente ocupada todo el tiempo en el único objetivo de hacer más grande su imperio. En realidad le gusta ir por el barrio de vez en cuando, conversar aunque sea de manera muy breve con los viejos amigos que atienden sus negocios, tomar un helado con sus nietos, ese tipo de cosas. El Don desearía no tener que encerrarse en un fuerte militar los siete días de la semana, y más bien ser un ciudadano corriente y ordinario que puede pasar desapercibido en las calles al menos un par de horas. Pero sabe cuál es el precio que ha tenido que pagar con tal de lograr su objetivo central, que era asegurarse una buena vida para él y todos los miembros de su familia, que vivan con salud, dignidad y cierta holgura. El Don suspira por un instante, existe algo del hálito de la resignación en su rostro, al mismo tiempo no se reprocha nada, sale de su ilusión y vuelve a su trajín diario. Salir al mercado es una manera de estar en contacto con la gente y de no olvidar su procedencia, de alimentar su inocente ilusión, aunque sea por pequeños periodos de tiempo.

Sollozo pondera cada uno de estos detalles. El Don no es un sanguinario, no es un asesino por vocación, es un hombre de familia, riguroso, está todavía atado a ciertas creencias religiosas, es conservador y puritano, se está haciendo blando una vez que ha visto nacer a sus nietos, pero lo que lo convierte en peligroso es que se trata de un siciliano. Y un siciliano verdadero es, en cierto sentido, un personaje inalámbrico, aquel que está dispuesto a arriesgarlo todo cuando siente las llamas del fuego quemante y debe tomar una decisión impensable. Esto lo hace impredecible, peligroso. Nunca se sabe, el Don podría tener todavía algunos cartuchos en su repositorio. Por otra parte, es bien conocida la confianza que el Don le tiene a Tom Hagen, el germano-irlandés nombrado Consiglieri de la Familia; visto bien, Hagen es un hombre forjado con esfuerzo, un hombre recto y leal, que conoce de las condiciones duras de la vida, ¿pero es un hombre hecho para la guerra? ¿Podrá aconsejar al Don en trances de guerra? También se intuye que el Don ha de estar algo preocupado por no tener una figura clara de su predecesor. Sonny es demasiado impulsivo, temperamental, sanguinario cuando no necesita serlo, lo cual es signo de debilidad, mientras que Freddo es débil claramente, falto de carácter y de ambición, casi estúpido para algunos, aunque no se discuta su apariencia de hombre de buen corazón. 

Todo esto nos lo dice Mario Puzo a medida que avanza la novela, desde el primer capítulo, pero él no puede explicarnos qué es lo que nos está diciendo, no puede decirnos a dónde va. La modesta tarea de nosotros los lectores es comenzar a ver este asunto en forma de secuencias. La novela ha sido armada por secuencias y de una manera premeditada. Tal es así que el razonamiento de Sollozo se basa en todos los datos que Puzo nos va administrando al narrarnos quiénes eran Los Corleone. Todo se va hilando al mismo tiempo, somos partícipes en tiempo presente de lo que está a punto de suceder.

Un recurso admirable que se observa en el estilo de Puzo es su capacidad para sorprendernos. Y es porque nos prepara en las secuencias anteriores para esperar justamente lo contrario de lo que llega a suceder en secuencias posteriores. Nos engaña, juega con nosotros. Por ejemplo, la descripción cuidadosa que hace de las características y la mentalidad del Don, de su familia, de su organización, y la manera impecable y poderosa en que resuelve el asunto de John Fontane, su ahijado, genera una mística que distrae; luego convierte a un prepotente como Waltz en otro más de los seres atemorizados que ha torcido el brazo a la voluntad del Don. La acción que ordena el Don ante un idiota como Waltz, para persuadirlo de que coloque a Fontane en el rol principal de la película central del estudio, tiene ribetes que me impulsan a relacionarla con lo ocurrido el 9-11. Volveremos a ello. Por lo pronto no dejaremos de lado la cuestión de las secuencias y la sorpresa.

Decíamos que Puzo inicia la novela construyendo en el imaginario de los lectores la idea de que Don Corleone es el hombre más poderoso que existe, es temible, tanto así que ni siquiera le teme a la influencia de J. Edgar Hoover, el inclemente director del FBI. ¿Cómo es esto posible? ¿Puede suceder algo así en América? De modo que lo último que podemos imaginar es que le ocurra algo a este hombre tan poderoso. Pero justo antes de que tengamos demasiado tiempo para pensar, justo cuando estamos comenzando a familiarizarnos con los personajes, sucede el atentado orquestado por Sollozo. La ejecución de la idea que Sollozo tenía en mente es casi perfecta; su plan macabro concebido con aguda inteligencia psicológica y táctica, desnudó por completo los puntos de debilidad de la organización del Don, y para proceder en su ataque se encargó personalmente de contratar a los mejores hombres para ejecutar el plan en cada fase. Era importante no despertar sospechas, que no corrieran voces en los bajos fondos respecto de este reclutamiento. Sería un ataque simultáneo, en época de Navidad, cuando el común de los mortales está imbuido por ese espíritu de invitación a la paz, e inconscientemente todos han bajado un poco las defensas. El golpe de Sollozo deja perplejo a Fredo, que observa caído a su padre en la calle del mercado, con la espalda sangrante después de que le acertaran cinco o seis tiros en la espalda. El golpe nos deja perplejos también a los lectores, es el mismo efecto que Coppola logró producir en los espectadores al narrar la historia en el cine. Los sonidos aparatosos y estruendosos de esas armas disparando, el humo que sale de las pistolas, la tragedia impensada para un hombre invencible, y la música que acompaña llevándonos dos escalas más arriba en la pulsación de nuestros corazones, mientras Freddo se derrumba en llanto al lado del cuerpo sangrante de Don Corleone… Es un complot que funciona a la perfección. Así, uno de los grandes méritos de Puzo es saber narrar de una manera que el lector se entera de nuevas cosas y se sorprende junto a algunos de los personajes que en la historia sufren la misma reacción de sorpresa.

Pero esto no queda ahí para Sollozo. En otra parte de New York, a la salida de una tienda, dos hombres obligan a Hagen a subirse al carro con ellos. Puede observarse en estos acontecimientos que la Familia Corleone estaba completamente indefensa. No había esperado este ataque de ninguna manera, no había podido anticipar semejante acción temeraria tomada en contra de ellos. Una de las armas más temibles de los Corleone, lo recalca Puzo varias veces, es el sanguinario Lucca Brasi. Sollozo ya ha jugado sus cartas. Necesita cerrar el negocio, necesita la cooperación de los Corleone. No puede aceptar como respuesta ese “I would prefer not” a lo Bartleby que el Don le había hecho escuchar en su reunión previa. Para cerrar el negocio necesita conversar con un hombre que tenga la misma hambre que él, alguien que viva en los nuevos tiempos, no un líder desgastado y de la vieja escuela como el Don. El hombre que buscaba Sollozo era Sonny, el hijo mayor, alguien menos inteligente, evidentemente menos cuidadoso, pero con más deseos de hacer los negocios del futuro, y ciertamente el negocio de las drogas les traería muchos beneficios económicos. Lo que Sollozo no podía mencionar eran los problemas que venían con esa nueva bonanza, los problemas con políticos y autoridades, que eventualmente repercutirían en sus negocios. Don Corleone valoró muy bien sus opciones y los peligros, no pensaba arriesgar lo que había logrado, por tratar de conseguir más de lo que ya tenía, que es poder, por el simple objetivo de subir sus ganancias. Cuando el Don se había disgustado tanto con Sonny por intervenir imprudentemente en la conversación con Sollozo tenía una razón clara: le había mostrado a Sollozo que tal vez no todos estaban de acuerdo con el Don, que no perseguían las mismas cosas, pero que estaban maniatados por su jerarquía e incuestionable figura. De ese modo Sollozo entendió que no era el imperio Corleone el que se oponía a cooperarle, era solamente el Don. Esto lo conversa con Hagen cuando lo tiene capturado. A Lucca Brasi y al Don decide matarlos, pero a Hagen le dará otro trato, y consiste en ablandar su juicio, persuadirlo de que lo mejor que pueden hacer en adelante es cooperar con él. La misión de Hagen será convencer a los suyos de lo mismo. De entrada avisa y recalca que el Don ya ha sido asesinado, intenta así golpear a la confianza interna de Hagen, lo desmoraliza por unos instantes, lo afecta de mil pensamientos terribles en su cabeza, y luego se muestra persuasivo: es sólo negocios, él quiere la plata, quiere el poder que le dará el nuevo negocio. En realidad, lo que desea es reconfigurar el centro de poder en la escena de la Mafia italiana radicada en los Estados Unidos. En una nueva era, él, junto a los Tataglia hasta por ahí, y apoyado en Barzini, deberán dirigir el pulso de lo que pasa en esa ciudad y en el país, y después más allá. Es un hombre muy ambicioso Sollozo, y su inteligencia no pierde el paso. Comete un acto que puede desencadenar la guerra entre las Familias, pero al mismo tiempo toma la medida preventiva, que consiste en usar a Hagen como el conciliador. Seguramente, eso calcula, los Corleone junto con sus dos caporegimes Tessio y Clemenza, sentirán el bajón anímico, la reducción invaluable de sus fuerzas ante la partida del Don, y si le suman las dotes persuasivas de Hagen convencido de que lo mejor es quedarse con algo antes de que lo pierdan todo, puede pensarse en un escenario donde los Corleone den su brazo a torcer. El plan es casi perfecto. La fortaleza de la Familia del Don se había constituido en manera piramidal, pese a todos sus esfuerzos por descentralizar en cierta medida el poder. De modo que una vez salida de la figura su cabeza, toda la estructura tendría que conmoverse y sentirse algo perdida, quizá hasta desprotegida. Pero lo que Sollozo no había tomado en cuenta era la segunda línea de fuego de los Corleone. Santino, como lo llamaba su padre, junto a los caporegimes eran todavía una fuerza de temer, y Hagen sólo podía llevar sabiduría a esa fuerza. Sin embargo, el arma secreta, el personaje que más nos impacta, es Michael Corleone. Es un arma escondida cuando ni él mismo sabía que era un arma escondida. Los hechos lo revelan como tal. Si Michael no se hubiera plantado en tal manera contra el capitán Mac Cusley a la salida del hospital, Sollozo nunca hubiera tomado atención en él. Pero Sollozo oye muy bien lo que el capitán tiene para contarle de él, de modo que propone una reunión itinerante a los Corleone, y requiere que sea Michael el que oficie de representante, a solas, en compañía única del jefe de la policía, Mac Cusley.

  
Bastante de su pensamiento se revela cuando conversa y razona con el Consiglieri Tom Hagen una vez que lo ha secuestrado. Esa ocasión persuade a Tom de que ya no tienen el poder de antes, principalmente porque la mejor época del Don ya ha pasado. 



[continuará]

domingo, 7 de enero de 2018

REMINISCENCIAS: EL ABUELO Y YO





ESTELA DE RECUERDOS

Los niños así como dicen una cosa dicen otra. No les interesa detenerse mucho en los pormenores de las situaciones, especialmente si les hacen sentir mal. Son como un cántaro cristalino que necesita precipitarse cuando está medio lleno. Ellos viven para alimentar lo que los entusiasma, del resto se alejan y ya.

Una telenovela muy recordada de la niñez, pero sobretodo de la adolescencia, es El abuelo y yo, de Televisa. La seriedad de los temas que trataba El abuelo y yo es llamativa, eso lo pienso recién ahora que pude volver a ver algunos pasajes gracias a los videos que subieron muchos fans a YouTube. Y esto es llamativo, más aún cuando se suele recordar aquella telenovela como "infantil". Es que creemos tener muchos asuntos de la vida de adultos todavía vedados para nuestros niños, pero hoy más que nunca nos sorprendemos con todo lo que ya saben y comprenden desde tiernas edades. Esta verdad parecía tener en mente el equipo de Pedro Damián, el productor de la telenovela, pues supieron hilar una historia que combinaba los intereses de los menores con las complejidades del mundo adulto cortando esa atmósfera transversalmente. Fue una de esas telenovelas que cautivó a personas de diferentes edades. A mí me impactó cuando tenia 14 o 15 años, mi abuela Viqui fue la única en mi familia que la llegó a ver también.

La telenovela se empezó a transmitir el 6 de enero de 1992 y duró hasta el 26 de junio del mismo año. La segunda vez que fue transmitida en Bolivia fue en 1995, gracias a la red ATB, durante el segundo semestre. Fue en esa segunda oportunidad que recién la vi con toda la magia y tragedia que narra su historia. Su historia trata por lo general de evitar el ángulo predecible o cursi, está llena de giros y golpes bastante duros para sus personajes, y siempre te guarda una sorpresa ligada a la aventura o a lo inesperado. A veces la recuerdo como si fuera un entrañable libro que leí en la adolescencia. Nos entregó de sopetón la magia de una relación entre dos niños-adolescentes, Daniel y Alejandra, como casi cualquier persona soñaría poder recordar de su niñez. A veces las historias mágicas nos ayudan a rellenar con vivencias de segunda mano las cosas que nosotros no vivimos. Por eso debemos ser tan aficionados a leer novelas, ver películas, o enfrascarnos en una telenovela durante meses y meses.

Para los que nacimos en los 80, será muy común recordar la experiencia de haber seguido ciertas telenovelas en el hogar, pues las pasaban en horarios estelares y se convertían en un espacio para compartir con la familia. No existía en nuestro tiempo el internet ni la televisión por cable, ni el DVD o Blueray; adquirir una película en VHS era mucho menos accesible que lo que sucede hoy con los dvds. Es así que con mi hermana Susy acabé siguiendo con disciplina novelas como Muchachitas, Baila conmigo, Volver a empezar y Lazos de amor, novelas que fueron marcando nuestra adolescencia y juventud. Mi mamá veía todas las novelas de Daniela Romo, de Lucía Méndez, o las del villano Federico Cantún, como una titulada Imperio de cristal. Recuerdo también que en mi casa fueron un éxito otras telenovelas como Morelia, Alondra, La Dueña y María la del barrio. 

Sin embargo, El abuelo y yo fue una experiencia muy profunda de internarse en las peripecias de los personajes. Cuando leo los comentarios que ponen miles de youtubers en los videos de la novela que están en la red, me doy cuenta que fuimos muchos los que experimentamos una sensación muy parecida en diferentes partes del mundo. Marcó generaciones de una manera irrepetible. ¿Qué era pues aquello tan especial? A mí me encantó que nos creara una universo tan cálido y entretenido en la vida de sus personajes en la ciudad, ya uno se sentía en una atmósfera entrañable, siguiendo la vida de Daniel (Gael García Bernal), el niño de la calle que sobrevive con su perro, y que ha sido desalojado de su hogar junto con otras familias pobres de un vecindario, y que finalmente se gana la simpatía de Joaquín Rivera, el único vecino que se resistió de ser expulsado del lugar y mantuvo su casa. La historia nos muestra que la desdicha y las situaciones duras no se limitan a los pobres. Por ello conocemos el otro mundo de la niña rica que tiene todos los gustos a mano, es Alejandra (Ludwika Paleta), que se confronta a las maldades de su compañera de curso la Yoya, pero que sufre por todo ante la frágil situación de sus padres en conflicto, lo cual afecta en el humor de ambos. Alejandra y Daniel son dos muchachos que se encuentran en un momento de abandono en sus vidas, y en el que ansían con todo el corazón sentirse queridos y aceptados. En el capítulo 9 ellos se consagran su unión con un inocente beso y un abrazo tan profundo como el bosque.

  Capítulo 9 

La novela bien podría haberse llamado Daniel y Alejandra, pero probablemente le habría faltado algo. Por eso el abuelo introduce el otro plano, que es el de los problemas reales y a veces ridículos de la vida adulta en esta sociedad muchas veces insensible e interesada, corroída por la ambición desmedida. El abuelo es el plano de la vida adulta, la pobreza, el perdón, la rigidez de los valores de la sociedad y el castigo moral; también representa al artista, el mundo del arte y la honradez sencilla. El abuelo era un concertista de mucho éxito, eximio intérprete en el piano. Un accidente grave le cambia la vida, dejando herida su pierna derecha. Expulsa de su hogar a Isabel, su joven hija, al enterarse de que estaba embarazada, y con ello se procura una vida posterior de angustia, remordimiento y soledad. Nunca la vuelve a ver. Se convierte en un gruñón y ermitaño, sólo abierto a escuchar a un abogado de mala calaña, el licenciado Fonseca, sin darse cuenta de las verdaderas intenciones de ese sujeto. Todo cambia cuando conoce a Daniel y lo deja ingresar en su mundo. Sofía, la niñera de Alejandra, dice algo memorable en los capítulos finales: "yo nunca había conocido a dos personas que se necesiten tanto, como Daniel y su abuelo". Eso era lo que representaban el uno para el otro, la esperanza final, la diferencia entre una vida de oscuridad y una vida reinventada, una segunda oportunidad para ser felices, verdaderamente felices.

Volviendo a lo que me encantó de la novela, lo más sensacional fue la rebeldía y a la vez la unión que transmite. Cuando parecía que ya nos habíamos puesto cómodos en el mundo que evoca en esos barrios, en esas casas, en el colegio de Alejandra o la carnicería donde trabaja con Daniel, de repente cambia todo a una atmósfera de claustro, cuando Daniel es llevado al orfanato y Don Joaquín el abuelo se recluye voluntariamente en un asilo de ancianos. Los lugares de encierro de los que habla Foucault, los restos de la sociedad disciplinaria, nos los muestra todos El abuelo y yo. Al mismo tiempo, la situación de crisis en el hogar de Alejandra llega a un punto álgido. Algo debe ocurrir para que todo se reordene. Y es entonces cuando llega la parte más llena de aventura, la fuga, la serie de fugas, en un globo aerostático.



LA PINTURA ABUELO Y YO

Cuadro 1. El abuelo y yo es un cuadro de pintura. Un niño con su polera celeste y blanca, acompañado de su perro con un mameluco, apostados en el rincón de un cuarto pequeño abigarrado de muchos objetos antiguos, mientras un señor mayor está sentado en un sillón con su bastón apoyado al lado derecho. Goteras en el techo y las paredes algo oscuras, con cuadros malogrados en las paredes.

Cuadro 2. Un niño que se ha quedado solo con la mitad de su corazón mientras sostiene a un cachorro de su perro Anselmo, y se aleja de nuestra vista lentamente con su abuelo acompañándolo a paso lento y filosófico. El paso filosófico se utiliza precisamente en estas ocasiones de urgencia íntima en el mundo interior, son el mecanismo de defensa del cuerpo.

Cuadro 3. El globo elevándose en una noche esplendorosa, llena de fuegos artificiales, simbolizando un momento en el que ha triunfado el espíritu humano que no se quiebra. Dos niños y un anciano entusiasta se elevan en ese globo despidiéndose de un pueblo en el que han apreciado su historia de firmeza, de defender su derecho a estar juntos, aunque los mecanismos de la sociedad quieran separarlos.




EL FINAL

En el capítulo final escuché la línea más filosófica que pueda recordar:

- Abuelo. qué es el amor -pregunta Daniel.
A: Un instante.






Enlaces relacionados:
Gael García Bernal recuerda a Alendra. 




CONSTRUYENDO SUMERGENCIAS (II)


el placer último está dirigido al que gusta de leer. en última instancia hacemos esto como un ejercicio de relojería que aporta un gran placer: narrar las peripecias de las ideas que llegaron a este libro. SUMERGENCIAS es un libro de filiaciones con toda claridad. todo buen lector ha experimentado que la lectura es en realidad una enredadera, pues un autor, si se disfruta, te dispara hacia otras nuevas lecturas inéditas. lo que hacen los buenos libros es avivar la búsqueda que nos corresponde a cada uno de nosotros. por eso los lectores partimos en busca del nuevo libro, de la canción que nos lleva ahí, o incluso releemos con diligencia única el libro que requiere nuestra investigación.

sumergencias es un libro que nace profundamente influido por la sensación de Bartleby, ese personaje subterráneo. de Bartleby pasé a entenderme con Spinoza, y después con Bob Dylan. había algo muy rico ahí. también SUMERGENCIAS es hija de la hilera de escritores contraculturales que admiro, desde Henry Miller, pasando por los beatniks, hasta Bukowski, incluyendo ahí a Casanova, Rimbaud, kAZANTZAKIS, Stefan Zweig, entre otros. esa universidad portátil que llevo conmigo es lo que me configura muchas búsquedas.



el método de trabajo de michel onfray, en los videos donde muestra cómo configuró su contra-historia de la filosofía, me resultan sorprendentes (su manera de organizar sus apuntes interminables). desde que vine a santa cruz de la sierra e inicié mi nuevo camino de búsquedas, la plataforma youtube se constituyó en algo central en mi vida. osho, gracie jiu jitsu, mma, boxing, literatura entrevistas, fútbol de europa, son algunos de mis constantes asideros. fue ahí también donde rescaté conferencias raras de Krishnamurti, por ejemplo. todo lo que leemos se complementa de una manera maravillosa hoy en día gracias a youtube.