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lunes, 29 de diciembre de 2014

DESAVENENCIAS CON LA SERIE "REVENGE"





La idea de cruzarse con una mujer resentida, que está decidida a vengarse a como de lugar, es de por sí una idea inquietante, esto ha sido así desde el principio de los tiempos. Ahora, si esta mujer es además una rubia joven y atractiva, que aparece de la nada con una identidad falsa, como quien no tiene nada que perder, y que encima de ello sabe desenvolverse en los círculos de la alta sociedad, que tiene una fortuna en su cuenta bancaria, que sabe invertir en la bolsa de valores o al menos lo aparenta, que tiene un aliado circunstancial (el repelente y millonario Nolan), y además tiene un motivo tan fuerte que sabemos que no parará hasta conseguir lo que se ha propuesto, entonces tenemos una historia que puede narrarse al compás de un festival de carnes y sangre derramada por todas partes. Pero no es eso exactamente lo que nos ofrece "Revenge" en sus inicios, la serie de televisión creada por Mike Kelley que retrata la historia de Amanda, una joven mujer que retorna a la boca del lobo para ajustarles cuentas a los frívolos millonarios que arruinaron la vida de su padre hasta llevarlo a su muerte.  Por supuesto que ella retorna años después, convertida en mujer, con un nombre y una identidad falsas, además con un historial arreglado y previsto para posibles investigaciones de sus nuevos vecinos en los Hamptons, un lugar de lujos y de alto estatus. 

¿Qué se puede decir de la serie por sus tres primeros episodios? Demasiada edición a momentos, muchos cortes. Claro que todo lo que uno puede decir es lo que alcanza a ver, aquello con lo que se relaciona de uno u otro modo. Se me aparece inicialmente como una propuesta atractiva, pero con una manera de narrar bastante simplificada, nos presentan a un personaje, el de Emily Thorne, que no tiene fondo ni profundidad, tal vez los productores y guionistas creyeron que era mejor enfocarse primero en el desarrollo del lugar y de la trama general antes de empezar a cavar muy profundo en la psicología de la protagonista. Pero presentar a una jovencita que aparece de la nada como la gran vengadora que sabe congelar su sangre cuando está en frente de aquellos a los que quiere destruir, si no aplastar, y que sólo aparece casi siempre en las reuniones sociales vestida de princesa o de soltera ricachona, nos parece una manera muy "light" de dibujarnos la singularidad de su personaje. Parece una nueva espía, una feme nikita sin artes marciales, el ángel blanco que cabalga en una columna de hielo, la ven venir y la dejan entrar con facilidad. No se muestra nada casi de sus modos de lidiar con la soledad,  no sabemos si lee o escribe o se entrena, si medita o hace baños de inmersión en agua helada, todo lo que vemos cuando no está con otros es que se sumerge en su computadora para recordar imágenes de noticieros tal como pasaron el momento del juicio a su padre, donde lograron que se le inculpe de participar de un atentado terrorista con su financiamiento. Cuando mira la computadora, generalmente en las noches, la cámara se enfoca especialmente en su rostro, como deseando captar algún aire de malignas intenciones camuflados por debajo de su belleza. No se ve mucho, la actuación de la protagonista es convincente dentro de los márgenes que le han rayado.

Así las cosas, "Revenge" es la historia de una simpática jovencita que controla su temperamento y parece estar lista para dejarlo todo en el intento de vengarse; embarcada está en un viaje de persecución de su propia ballena Moby Dick, consciente quizá de que esa ruta la irá a transformar. Pero no se nos muestra nada de su preparación, como si su fortuna y sus deseos de vengarse fueran suficientes para que tenga el plan perfecto. Todo lo que alcanzamos a ver es la ejecución, la parte divertida digámoslo así. Tal vez se trate de un deseo por captar a las masas primero, a un público indiferenciado que puede engancharse con la posibilidad de que exista romance, entre la heroina justiciera y el hijo de sus víctimas, o del adulterio que hubo entre su enemiga y su padre, mientras permanecen en la sombra personajes como su amigo de la niñez, que no resultó ser un ricachón, sólo se mantuvo como el tipo sencillo y trabajador entre los ricos, como si fuera la señal del devenir-minoritario en medio de esa abundancia y despilfarro con glamour. 

Un recurso que me llama la atención es la cantidad de cámaras que utilizan incluso en tomas sencillas, como un diálogo por teléfono; es como si intentaran introducirle una velocidad y un dinamismo a la escena que no tiene tanta velocidad de por sí. Los diálogos son cortos, llenos de ingenio, de falsa cortesía, de hipocresía y de recelos camuflados. Las cámaras se mueven con una ráfaga hacia los lados, o nos dan una panorámica en 360 grados, o bien apelan al zoom instantáneo para mostrarnos la vista de Emily desde su nueva casa hacia la mansión de sus enemigos. ¿Seducción en la narración visual para los más jóvenes? Válido recurso por cierto.

El creador de la serie se ha encargado de que la historia de venganza de Emily tenga algún cable a tierra con el que los espectadores nos podamos identificar y que acabemos diciendo en algún punto que estamos de acuerdo con ella, que debe lograr su venganza. Este cable es el recuerdo de su padre perfecto, hidalgo, justo, tan solo e indefenso en el juicio, traicionado por la mujer que amaba. Emily pone su maquinaria en movimiento, desde el primer episodio todo avanza perfecto, parece que lo hará sin problemas, de modo que la serie se convierte en una curiosidad por ver cómo lo hará y si se puede aprender algo de ello. Nosotros podemos adelantar que se trata sin embargo de una empresa destinada al fracaso, incluso aunque logre su objetivo. ¿Cuándo han terminado como un verdadero triunfo las vendettas, pregunten a los sicilianos que han crecido con miles de historias de ese tipo? Se nos antoja irreal la figura de esta jovencita con un rostro benigno capaz de planear todo ello y de manejarse con tal frialdad ante los vecinos que son su objetivo final. Alguna vez uno piensa o trata de imaginar, ante todos los problemas del mundo: ¿qué haría si tuviera toda la plata del mundo, si tuviera además un aliado poderoso que conoce todo acerca de los sistemas informáticos, que quiere ayudarnos y está entre los hombres más ricos del mundo? Bueno, pues eso que parece una utopía lo tiene ella, Emily, y decide usarlo todo para hundir a los que arruinaron a su padre, va por ellos uno por uno.  Está movida por una pasión baja, una pasión triste, ¿dónde puede acabar esto? Spinoza, el filósofo del siglo XVII, diría que esta muchacha está afectada por una pasión triste que debilita su potencia. La serie nos presenta a una mujer que se alimenta de su deseo de venganza, parece como si alimentar esos sentimientos en uno te harían más fuerte, más cínico y calculador, más cool, es decir, más acorde con los tiempos que corren para ser aceptado en los altos círculos. Pero debía despertar alguna sospecha que haya hecho quebrar a un tal Michael, que dirigía un negocio de fondos de inversión. Luego del segundo capítulo desaparece, no se escuchan rastros de él, simplemente se sabe que había estado ahí por décadas, poderoso, otro traidor del padre de Emily, y de repente el mal consejo de esa jovencita que lo induce a invertir mal, especulando con el valor real de una compañía de celulares, termina por hacer que su firma compre acciones equivocadas como un verdadero novato. Todo parece muy conveniente y algo adolescente en la narración del personaje y la manera en que se va acomodando en esa esfera de lobos y de zorros. Algunos desenlaces se antojan demasiado fáciles, la combinación más desafortunada para sus enemigos sucede siempre tal como ella quería, casi como si tuviera una bola de cristal, su plan avanza maravillosamente. Pero no deja lugar para el asombro, no nos deja boquiabiertos como lo haría una escena de El Padrino donde un hombre despierta y siente la sangre helada de su mejor caballo, mientras la cabeza del animal yace a los pies de su cama. Eso es horror, lo impensable, el poderío de un hombre que sabe aterrorizar. En la serie todo es más light, el soundtrack es otra versión casi calcada de la onda de las series juveniles de nuestro tiempo, en este punto no nos sorprendería que la heroína de esta serie se revelara más adelante como una vampiro muy parecida a Bela en la zaga de Crepúsculo. Mientras, todavía no conocemos una faceta realmente humana de la protagonista, lo único que nos da su creador es el link con su niñez, donde se retrata a un padre amoroso que la habría criado con enorme cariño, de entrada está ahí puesta la semilla que se nos recuerda de tanto en tanto, que ella es la perjudicada, la buenita, que es justo su deseo de venganza, y deberíamos desearlo con nuestras fuerzas... Pero vivir tramando, confabulando, hundido en las noches en la confección de un plan tan minucioso, en el que se deben chequear tantos detalles sobre la vida del otro, sin contar con la intervención del azar, todo ello ensombrece el rostro y la vida de cualquier persona, la distrae de lo que podría estar conectado a su vida, simplifica su mirada, afecta su capacidad de recepción de las señales dichosas y desinteresadas de la vida, la coloca en un plan de guerra que se oculta lo mejor que se puede, pero no puede avanzar en sus propias líneas de desarrollo, pues está demasiado involucrada en el objetivo de arruinar a otros, su móvil es el resentimiento, actuar como juez, destruir antes que crear algo, tanta negación para tan poca afirmación, no puede quedarle mucho tiempo para encargarse de trazar tus líneas, de establecer su plano de creación y de vida. Sin embargo la rubia protagonista aparece cada mañana tan cristalina y radiante como siempre, no hay mucho que de señales de un aire sombrío en ella, ni insomnio ni resaca, es casi una princesa de Disney envuelta en papel de regalo, siempre vestida con colores claros, bien dormida y bien comida, está sola y su vida sexual es incierta por el momento. Pero ella es un sueño envuelto en guirnaldas, su empresa de destrucción no le afecta en su talante ni en la vibración de su presencia, solamente Victoria, la macabra mujer enemiga en cuestión, intuye algo y siente que no todo cuaja en ella. La hace investigar por el jefe de seguridad de su esposo, comienza así una especie de contraespionaje, pero Emily ya ha tomado sus recaudos, al menos hasta donde imaginó que sería necesario, no sabemos qué pasará. 

Nos parece algo forzado e irreal este modo de enfocarlo. Nos interesan más historias del tipo Los próximos tres días, con Roussell Crowe, que tiene sólo 72 horas para tener todo listo en la fuga que ha planeado para recuperar la vida que les han robado a él y a su familia injustamente, habiendo encerrado de por vida a su esposa por un crimen que no cometió. La vida de este hombre se ensombrece por supuesto, comienza a moverse en un plano subterráneo, comienza a alejarse de todos, su modo de hablar cambia, frecuenta su soledad, planea un escape, tiene un problema contra la sociedad en cuyo sistema y formas de establecer el orden creía, pero no es el resentimiento el fondo de su motivación, es más bien su impulso por crear otro modo de vivir, no recuperarán ya el que tenían, pero se crearán otro en otra parte, muy lejos, aunque deban huir hacia el Sur, a Venezuela, con tal de conseguir estar juntos otra vez, a salvo de la ineficiente justicia de su país. Dirigida por Paul Haggis, este film representa un tipo de historia más real y al mismo tiempo más estimulante, porque plantea además las relaciones de ese acto corajudo y heroico con los viajes y añoranzas de Don Quijote, el irracional, o el que alucinaba de algún modo, deformando una realidad que a ciencia cierta nadie sabe muy bien cuál es. 

Lo cierto es que el ser humano debe hacerse cargo también de la ficción en su vida, y a veces una manera de relacionarse con la ficción es ver estas series, pero empobrecen en gran medida la imaginación, como si estuvieran reunidas varias recetas comprobadas taquilleras en un solo trago que sirve lo mismo para jóvenes y adultos televidentes. No nos sorprende por ahora esta serie, pero le damos el beneficio de la duda, si llega a buen puerto no seremos testigos, pero algún buen espectador quizá nos comente algo en estas páginas.