¿Qué es ser inalámbrico? Me lo han preguntado en una presentación reciente de mi libro. No basta con escribir un libro, de tiempo en tiempo los eventos van haciendo que se enriquezca una propuesta anterior, no existe un conocimiento definitivo. Existen también algunas confirmaciones con nuevos casos de estudio que al aparecer nos otorgan un regocijo mayor. Por ejemplo la otra noche vi un vídeo en YouTube sobre Pep Guardiola y José Mourinho titulado "Vidas cruzadas". Fantástica historia de dos seres que se han complementado de alguna manera a la distancia, como una especie de fuerzas que balancean una misma ecuación dentro del fútbol. El fútbol total de Guardiola contra el fútbol adaptable de Mourinho. El primero representa la figura del sedentario, el segundo la figura del nómada. Guardiola promueve un fútbol made in home, exhala un aire hogareño, él es de la casa; Mourinho en cambio no tiene hogar, su hogar es la carretera, que trajina junto a su familia, está dos temporadas promedio en sus equipos donde gana casi todo y luego parte a otro país, no deja de partir, de prolongar su propia línea quebrada, su deriva hacia al sur, variación molecular. Pero eso los mantiene vivos y aceitados a ambos. Puestas así las cosas, Guardiola es el hombre elegante de maneras cuidadosas, siempre respetuoso con el rival, sólo habla de su equipo, no entra en polémicas, parece algo más atado a unos códigos y una visión particular de ver el fútbol; en cambio Mourinho es un hombre que considera que todo es válido en la guerra, no presenta una imagen respetuosa de sí mismo, no necesariamente, no desea vivir mucho tiempo acomodado a algo, no desea sentir que "ya llegó", siempre está en busca de nuevos desafíos, más grandes, deshaciendo la costumbre de lo que ya había construido para comenzar de nuevo en otra cultura, con otra gente que habla otro idioma y tiene diferentes idiosincrasias. Sin embargo he aquí el dato interesante, fue cuando Guardiola asumió una postura inalámbrica cuando logró su éxito más contundente contra José Mourinho. Fue en mayo del 2011, partido de ida semifinales de la Champions, Santiago Bernabéu: en la conferencia de prensa previa que dio Guardiola se salió completamente de su molde de correctitud, se dirigió directamente a Mourinho y habló con bronca, dijo que ni pensaba competir con él en discursos, pues le cedía la Champions fuera de la cancha, pero la Champions que se juega dentro, esa la iba a competir con todo, era como si lo desafiara, Guardiola adoptaba una posición agresiva cuando siempre había sido mesurado y precavido en sus declaraciones; además dijo que Mourinho era el amo, el puto jefe, lo manejaba todo. Pero vamos a ver dentro de la cancha. Con certeza eso sorprendió a Mourinho, verse desafiado así en su propio juego, era algo muy inusual que un técnico rival se le pusiera en frente con tal autoridad. Guardiola supo estar presente en el momento, hizo una lectura de lo que estaba pasando, y fue inalámbrico respecto de algunos de sus preceptos, reconoció que no puede uno estar amarrado por la forma en cambio se puede mover con flexibilidad de forma para afrontar momentos específicos de una batalla, y es que se trataba de una batalla. Pienso que Guardiola dio a entender un postura muy ofensiva que se traduciría en el juego del Barza, pero no dejó de ser inteligente, en lugar de ello puso a Keita en el medio campo de entrada, para aumentar la altura, y colocó a Puyol en el lateral izquierdo, es decir, tomó más precauciones defensivas, sacrificando un poco el poder de elaboración de jugadas colectivas en ofensiva. Morunho, después de aquel discurso encendido, hecho con el corazón, reconoció que tenía frente suyo a alguien peligroso, decidido a vencer, así que se preocupó ante todo de seguir su lema: el lema de Mourinho es: "no les diré que debemos ganar, pero una cosa sí, no podemos perder". Y así se preocupó de no perder, colocó un equipo en cancha que estaba más tirado hacia atrás, con mentalidad defensiva, que poco riesgo presentaba en el arco contrario. Un tiro en el poste de Villa creo que fue lo más inquietante de toda la primera mitad. En la segunda parte, ya lo sabemos, la rompió Messi, con derecho a un golazo de esos que quedan en la vitrina del recuerdo. 2-0 ganó el Barcelona aquel partido de ida, sentenciando casi la eliminatoria. El video documental que había visto en YouTube llama la atención sobre este cambio de estrategia de Guardiola, y en un juego donde pequeños detalles hacen toda la diferencia, bien pudo haber sido esta la jugada que definió el curso de la eliminatoria; además, fue un insuflo anímico para sus jugadores, fue una manera de ponerlos a la altura de las circunstancias, ponerlos en plan de guerra, a ellos que siempre habían sido un equipo dulce, inocente, en el sentido de que no juegan con malicia, en ellos gana mucho más el talento, el respeto al sistema de juego, la paciencia, otras actitudes que a veces se molestan con la mala leche del adversario, la rudeza, jugar al borde de la roja, ensuciar,etcétera. Aquel día, los azulgranas saltaron al campo preparados para todo, nada los sorprendería ni los indignaría ninguna conducta, era una guerra, todo lo hablado y las provocaciones de Mou quedaban en el aire, sólo contaba lo que pasaría dentro. Así se aisló todo el poder de intervención que busca lograr Mourinho en un partido. Fue un Madrid frío, se había cortado la ligazón con su general, naufragó su barco después de la expulsión de Pepe, y los dos goles de Messi coronaron una tarde que muchos festejamos a lo ancho del planeta.
Así pues, el concepto de pensamiento inalámbrico continua enriqueciéndose, aunque yo lo tenga incorporado más como parte de mi vida que de una preocupación intelectual. Ahora, deseo presentar este concepto en Argentina, un país que recién viene despertando de un más o menos largo periodo de polarización extrema, de una dualidad que se partió en dos bandos a favor y en contra, los niveles de enfrentamiento en los medios y las redes rayaron en la demencia, o lo que varios pensadores del vecino país llamaron fanatismo exacerbado, tanto de los intelectuales y otros al servicio de los K. como de ciertos sectores opositores. Ser inalámbrico en esas circunstancias se planteaba como una opción de salud, esto en primeras. Y ojo que ser inalámbrico no es mandar todo al diablo, ni regocijarse en la indiferencia. Creo que el filósofo Tomás Abraham lo entendió en el proceso. En un principio, desde su columna en Perfil y otros medios se lo veía muy comprometido con una lucha por hacer visible el juego de Cristina Kirchner, muy acorde con su misión de filósofo, en el sentido más a la Foucault. Es ésta la conexión que define varias aristas del trabajo y de las posturas de Abraham, su compromiso con Foucault, el de la admiración, de la gratitud. Pero siguiendo su blog Pan Rayado nos fuimos enterando los lectores de su cansancio, de su agotamiento frente a la falta de resonancias de peso, él se exponía, pero lo que provocaba mucho más era diálogos sordos, la respuesta de gente sin miras, que utilizaba el anonimato que permiten los blogs para comentar basura, intentar herir, afectar de tristeza, tergiversar todo. El fanatismo vetó la posibilidad de conversación en Argentina.
A Ricardo Darín le llovieron críticas, amenazas, calumnias, también llamadas de apoyo y comentarios favorables, cuando se le ocurrió decir en una entrevista que los K. deberían explicar cómo hicieron incrementar en tal manera su patrimonio en tan poco tiempo, "deberían caerse de vergüenza" enfatizó. Esto bastó para que periodistas, intelectuales, comedidos de toda naturaleza, le cayeran a palos, tratando de sacarle algún trapito sucio respecto de un pasado que habría sido contrabandista de automóviles, poniendo en duda su integridad, intentando intranquilizar su paz mental y la salud emocional de los suyos, lo cual era signo de un estado de guerra muy sutil. Incluso entiendo que la misma Cristina le respondió públicamente, y no de muy buena manera. Tenía toda la razón del mundo Darín en señalar ese hecho, que no se refería solamente a los K. sino también al resto de los funcionarios públicos, pues de lo que hablaban era de posibilidades de vida para otros. Pero también debió experimentar un pesar después Darín, ¿para qué me habré metido a decir esas cosas en lugar de tener cerrado el pico? Una vez que uno dice algo, lo que sigue es hacerse cargo de lo dicho, como mandan los códigos del que no se arruga y se maneja con templanza cuando el oscuro vacío le muestra la boca. Sin embargo era una lucha totalmente dispareja, lo decía Darín en una entrevista posterior en Lanata Sin Filtro. No puede un individuo enfrentarse a un gobierno con todas sus posibilidades. Por tanto, el individuo tiene que tener un cuidado mayor para expresar "lo que piensa". Incluso cuando lo que dice Darín en esa entrevista no sea una novedad de cuño propio, y sea simplemente una convicción compartida, pues así piensan también millones de argentinos, incluso por sentido elemental común. Pero fue Darín, figura muy conocida, quien se animó a decirlo sin reparos en una entrevista, y esto preocupó a la máquina discursiva de los K. Quisieron de alguna manera aplicarle un estate quieto a Darín. Demás está decir que este sensacional actor argentino demostró la calidad de sus tendones en los días siguientes, en los que lo invitaron a hablar a un montón de programas de radio y televisión, sin que pudieran abrumarlo ni hacerlo salir de lo que tenía muy claro. Se puede encontrar todas estas entrevistas, incluida una discusión en vivo con Feinman, en el fabuloso portal educativo YouTube.
La incomodidad de Tomás Abraham ante el ambiente que se había diagramado en la Argentina era una muestra de esta especie de lucha sin mayor asidero. Las cosas que se dicen muchas veces necesitan su tiempo para cuajar, la comprensión es retroactiva, al menos un cierto nivel de comprensión que tiene puntos de contacto incluso espirituales. Tomás Abraham se habí agotado, lo debilitaba esa necesidad de tener que replicar a lo intolerable. Debía construirse un nuevo cuerpo sin órganos, devenir otra cosa, reorganizar su cuerpo, adquirir una nueva serenidad, una nueva resistencia a lo intolerable, y decidió dejar de escribir en Perfil y en La Nación, su columna dejaría de estar presente después de varios años de colaboraciones; esto lo daba a conocer en un blog que tituló Cura sui, octubre del 2011. Un poco después, 27/11/2011, anunciaba que se iba a tomar un respiro también de su blog, se dirigía a sus amigos lectores así:
"Durante un tiempo me ausentaré de estas columnas, espero volver pronto. Me intoxiqué. Una bacteria que identifican con la letra K, a la que se sumó otra que contraje durante mis viajes a la ciudad de Rosario a la que los especialistas le han puesto el rótulo HB, me ha debilitado. Los médicos me recomendaron reposo en un clima preferentemente tropical".
Así pues, el concepto de pensamiento inalámbrico continua enriqueciéndose, aunque yo lo tenga incorporado más como parte de mi vida que de una preocupación intelectual. Ahora, deseo presentar este concepto en Argentina, un país que recién viene despertando de un más o menos largo periodo de polarización extrema, de una dualidad que se partió en dos bandos a favor y en contra, los niveles de enfrentamiento en los medios y las redes rayaron en la demencia, o lo que varios pensadores del vecino país llamaron fanatismo exacerbado, tanto de los intelectuales y otros al servicio de los K. como de ciertos sectores opositores. Ser inalámbrico en esas circunstancias se planteaba como una opción de salud, esto en primeras. Y ojo que ser inalámbrico no es mandar todo al diablo, ni regocijarse en la indiferencia. Creo que el filósofo Tomás Abraham lo entendió en el proceso. En un principio, desde su columna en Perfil y otros medios se lo veía muy comprometido con una lucha por hacer visible el juego de Cristina Kirchner, muy acorde con su misión de filósofo, en el sentido más a la Foucault. Es ésta la conexión que define varias aristas del trabajo y de las posturas de Abraham, su compromiso con Foucault, el de la admiración, de la gratitud. Pero siguiendo su blog Pan Rayado nos fuimos enterando los lectores de su cansancio, de su agotamiento frente a la falta de resonancias de peso, él se exponía, pero lo que provocaba mucho más era diálogos sordos, la respuesta de gente sin miras, que utilizaba el anonimato que permiten los blogs para comentar basura, intentar herir, afectar de tristeza, tergiversar todo. El fanatismo vetó la posibilidad de conversación en Argentina.
A Ricardo Darín le llovieron críticas, amenazas, calumnias, también llamadas de apoyo y comentarios favorables, cuando se le ocurrió decir en una entrevista que los K. deberían explicar cómo hicieron incrementar en tal manera su patrimonio en tan poco tiempo, "deberían caerse de vergüenza" enfatizó. Esto bastó para que periodistas, intelectuales, comedidos de toda naturaleza, le cayeran a palos, tratando de sacarle algún trapito sucio respecto de un pasado que habría sido contrabandista de automóviles, poniendo en duda su integridad, intentando intranquilizar su paz mental y la salud emocional de los suyos, lo cual era signo de un estado de guerra muy sutil. Incluso entiendo que la misma Cristina le respondió públicamente, y no de muy buena manera. Tenía toda la razón del mundo Darín en señalar ese hecho, que no se refería solamente a los K. sino también al resto de los funcionarios públicos, pues de lo que hablaban era de posibilidades de vida para otros. Pero también debió experimentar un pesar después Darín, ¿para qué me habré metido a decir esas cosas en lugar de tener cerrado el pico? Una vez que uno dice algo, lo que sigue es hacerse cargo de lo dicho, como mandan los códigos del que no se arruga y se maneja con templanza cuando el oscuro vacío le muestra la boca. Sin embargo era una lucha totalmente dispareja, lo decía Darín en una entrevista posterior en Lanata Sin Filtro. No puede un individuo enfrentarse a un gobierno con todas sus posibilidades. Por tanto, el individuo tiene que tener un cuidado mayor para expresar "lo que piensa". Incluso cuando lo que dice Darín en esa entrevista no sea una novedad de cuño propio, y sea simplemente una convicción compartida, pues así piensan también millones de argentinos, incluso por sentido elemental común. Pero fue Darín, figura muy conocida, quien se animó a decirlo sin reparos en una entrevista, y esto preocupó a la máquina discursiva de los K. Quisieron de alguna manera aplicarle un estate quieto a Darín. Demás está decir que este sensacional actor argentino demostró la calidad de sus tendones en los días siguientes, en los que lo invitaron a hablar a un montón de programas de radio y televisión, sin que pudieran abrumarlo ni hacerlo salir de lo que tenía muy claro. Se puede encontrar todas estas entrevistas, incluida una discusión en vivo con Feinman, en el fabuloso portal educativo YouTube.
La incomodidad de Tomás Abraham ante el ambiente que se había diagramado en la Argentina era una muestra de esta especie de lucha sin mayor asidero. Las cosas que se dicen muchas veces necesitan su tiempo para cuajar, la comprensión es retroactiva, al menos un cierto nivel de comprensión que tiene puntos de contacto incluso espirituales. Tomás Abraham se habí agotado, lo debilitaba esa necesidad de tener que replicar a lo intolerable. Debía construirse un nuevo cuerpo sin órganos, devenir otra cosa, reorganizar su cuerpo, adquirir una nueva serenidad, una nueva resistencia a lo intolerable, y decidió dejar de escribir en Perfil y en La Nación, su columna dejaría de estar presente después de varios años de colaboraciones; esto lo daba a conocer en un blog que tituló Cura sui, octubre del 2011. Un poco después, 27/11/2011, anunciaba que se iba a tomar un respiro también de su blog, se dirigía a sus amigos lectores así:
"Durante un tiempo me ausentaré de estas columnas, espero volver pronto. Me intoxiqué. Una bacteria que identifican con la letra K, a la que se sumó otra que contraje durante mis viajes a la ciudad de Rosario a la que los especialistas le han puesto el rótulo HB, me ha debilitado. Los médicos me recomendaron reposo en un clima preferentemente tropical".
La nota es maravillosa y está titulada como "Postal". Abraham recuerda que siempre es bueno tener presente la dimensión espiritual de todo nuevo emprendimiento. Ante la pobreza de un escenario donde pensar se ha reducido a estar a favor de los Kirchner o estar en contra, de la manera más arraigada y cerrada que se puede imaginar, sin espacio para los matices, nuestro filósofo se manda a mudar por un tiempo, prefiere estar por encima de la situación, lo cual debe entenderse como estar por fuera, no que no le interese, sino decidir hasta qué punto puede afectarle. Eso señores, es una actitud inalámbrica.