Resumen de ideas centrales en el artículo"Bienvenidos al desierto de lo real" de Slavoj Zizek.
"Bienvenidos al desierto de lo real" es un artículo escrito por el esloveno Slavoj Zizek en fecha 14 de septiembre del 2001, sólo tres días después de los terribles acontecimientos que se produjeron en Manhattan, en el Worl Trade Center. Lo titula con un tono que aparenta no tener simpatía hacia el pueblo norteamericano. Recuerdo que lo descargué el 2005, y durante años simplemente creí que era una referencia a una escena de Matrix en la que Morfeus instruye a Neo. Lo cierto es que Zizek lo utiliza así, con cierta crudeza, pero su intención central es decirles a los ciudadanos del país más poderoso del mundo: "bienvenidos al club", "esto es lo que se siente". Alude así a los que estaban ya jodidos antes que ellos, en los países menos pudientes que sufrieron estas tragedias a causa de la política exterior estadounidense. Es como diciendo: "esto que les parece ahora tan traumante es lo que han tenido que soportar otros países más pequeños en el curso de la historia, mientras ustedes lo veían todo a distancia en su televisor (y su gobierno ocasionaba esas catástrofes". Es como si se dirigiera a un nene mal educado que nunca ha afrontado el verdadero espanto y sensación de inseguridad en la vida.
El primer rasgo llamativo del artículo es que un intelectual se atreva a escribir tan pronto sobre la actualidad, y poner su cuota de visión sobre el asunto. No muchos lo hacen, en tales ajetreos los académicos de claustro prefieren mantener cerrado el pico. Pues es difícil analizar la realidad, más aún hacer filosofía sobre lo actual, porque es escurridiza, no existe suficiente perspectiva. Zizek señala en algunas de sus entrevistas que el papel de la filosofía no es resolver problemas, antes bien, "su deber es re-definir problemas"; diferenciar los falsos de los verdaderos problemas, plantearlos de modo que tengan sentido. Así intenta analizar el asunto del 9-11, apuntar hacia las verdaderas preocupaciones. Algunos podrán decir que esta es una posición más cercana a Hegel, que es uno de los filósofos del concepto; pero a mí me parece que está más cercano a Deleuze, particularmente al Deleuze que retoma en su lectura a Henri Bergson.
En ningún momento, en el artículo señalado, Zizek deja abierta la posibilidad de que el ataque al World Trade Center pueda haber sido parte de una conspiración sostenida por altas esferas del mismo gobierno de los norteamericanos. (No había en ese momento la cantidad de videos en You Tube que se pueden encontrar al respecto). Es demasiado pronto para animarse a hacer tal conjetura, la herida está demasiado abierta, la misma zona donde antes se divisaban las ostentosas Torres Gemelas todavía está repleta de escombros, y el fuego en algunos puntos ni siquiera se ha terminado de apagar. La primera lección que parece quedar es que todo lo ostentoso está destinado a caer estrepitosamente antes o después. El mejor ejemplo anterior es el del Titanic, la embarcación majestuosa que "ni siquiera el mismo Dios de los cielos podría hundir", según el lema que recitaban sus constructores.
Zizek afirma que los ciudadanos de este país-potencia-mundial habían estado viviendo en una esfera ficticia, desprovistos de la sustancia material de la realidad, y hace alusión a la trilogía Esferas de Peter Sloterdijk. Otra de las conexiones que realiza es con el cine de Hollywood. Porque Zizek siempre fue un firme defensor de la idea de que ese cine es el que mejor funciona como espejo de la ideología. Utiliza el término "ideología", que en sí es un concepto filosófico, para referirse a una visión distorsionada de la realidad. ¿Qué papel cumplen las catástrofes en el cine de Hollywood? Esa una pregunta frecuente en sus escritos, también presente en su celebrado libro El sublime objeto de la ideología, el primero de su copiosa producción. Incluso en un artículo del 2012, "Dictadura del proletariado en Ciudad Gótica", escrito a propósito de la última entrega de Nolan sobre su visión de Batman, comienza así:
"The Dark Knight Rises confirma una vez más la forma en que los éxitos de taquilla de Hollywood son indicadores precisos de las problemáticas ideológicas de nuestras sociedades".
Volvamos a rescatar las principales ideas de su artículo "Bievenidos al desierto de lo real". Tengamos presente que desde antes del 11S, el cine de Hollywood nos bombardeaba con la amenaza de un ataque terrorista de ese tipo, por ejemplo la idea de que un avión pudiera ser secuestrado en espacio aéreo norteamericano por un grupo de temerarios árabes con demandas irracionales. Creo que incluso en alguna película del olvidado Chuck Norris llegamos a ver algo así. Y aquí debemos acotar que no resulta sorprendente haber escuchado a los relatores, al transmitir en vivo para sus cadenas el atentado al WTC, dejando salir frases como "la imagen parece extraída de una película"; o testigos diciendo "era muy surreal, como las películas que vemos en cine". De pronto 9-11 fue una secuela de películas taquilleras como "El día de la independencia" o "Armagedon", sólo que en aquellas versiones el ataque de un radicalmente Otro temible que viene de Afuera era interpretado por la figura de los aliens, presencias amenazantes de vida en otros planetas. Y quiérase o no, fue porque estábamos de alguna manera familiarizados, a través del cine de acción, con la idea de que unos árabes podían secuestrar un avión con pasajeros a bordo, que inmediatamente se hizo muy difícil dudar que algo de eso estaba pasando. Vivíamos en la creencia. Los rumores se fueron expandiendo como el fuego en las Torres, para eso estaban los medios masivos de comunicación. Los autores intelectuales del atentado sabían que no debían esforzarse mucho por hacer creíble su explicación lógica de por qué había pasado esto y quiénes serían los culpables: eso ya estaba implantado en la memoria colectiva del mundo. (¿No nos recuerda esta temática al film Inception de Christopher Nolan?) Y es que, ante los atentados, nuestra referencia más inmediata era el cine, no había más, por nuestro punto de vista, aquí, Bolivia, y también para muchos norteamericanos, que habían vivido ya terribles atentados en su historia, pero ninguno de esa escala. Otra cosa hubiera sido ver los eventos siendo ciudadano de Sarajevo, por ejemplo.
Precisamente, Zizek hace alusión a ello y es la parte central de su artículo. Él recuerda que el acontecimiento fue como una cucharilla de su propia medicina, y ahí están postradas como testigos silenciosos las víctimas de Congo, de Sarajevo, de Grozny... Más allá de todo esto, lo que le preocupa a nuestro filósofo en verdad es cómo se va ha simbolizar el hecho del derrumbe de las Torres Gemelas. Zizek habla mucho más del "derrumbe de las torres" que de un "ataque", y lo hace con tino. (No dice nada sobre el misterioso colapso de la Torre 7, que no había sufrido el atentado de ningún avión) ¿Cuál es el simbolismo que se ha de construir en torno a lo sucedido? ¿Cómo será usado para construir un discurso amigo-enemigo? ¿Con qué eficiencia el gobierno de los EEUU utilizará lo ocurrido para respaldar sus próximas medidas de política exterior? Lo interesante es que el ataque fue tan simbólico, por ser una afrenta directa contra un complejo de edificios que representaba el orgullo y poderío financiero de esa nación, que la sospecha inmediata sólo pudo dirigirse hacia posibles autores del extranjero. Creo que nadie implicó ni de la manera más tibia que podían haber poderosos sectores dentro del mismo Manhattan que tendrían intereses en que el complejo del WTC sea renovado. Y no se pensó ni en rusos ni alemanes ni cubanos, se pensó directamente en el Medio Oriente. Aparecía un periodista por aquí, otro por allá, con supuestas conexiones en el departamento de inteligencia de la CIA, y se filtraba una información de que habría habido posibles amenazas anteriores a ese día que venían de un tal Osama bin Laden. Y todo esto es muy llamativo, dice mucho respecto de los juegos de manipulación mental, de la manera en que se enlazan palabras con imágenes mientras los medios transmiten imágenes en vivo a millones de televidentes en el mundo. Se está cocinando lo que vendrá en la misma transmisión de los hechos. Las especulaciones comienzan a surgir sin mayor esfuerzo, no importa mucho cuan fundada en fuentes sólidas pueda hallarse tal o cual afirmación, pues lo importante es ir metiendo ideas en la cabeza, exponer ideas dentro de un radio de percepción donde normalmente el tipo de conexiones no debería haberse dado en tal manera por necesidad. Esas conexiones tienen que ser construidas. Ante todo lo que se ha especulado en medios conservadores como CNN, Zizek adelanta: "un ataque norteamericano a Afganistán sería el colmo de lo ridículo: si la mayor potencia mundial destruye a uno de los países más pobres del planeta, en el cual los campesinos sobreviven en áridas colinas ¿no estaríamos frente a la epítome de la impotencia?".
Entonces, Zizek expone su argumento central, que es una especie de pedido, un llamado de toma de consciencia: Que lo sucedido sirva para asegurar que esto no suceda aquí de nuevo, pero sobre todo para que esto no vuelva a ocurrir EN NINGUNA OTRA PARTE.