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domingo, 8 de abril de 2012

THE MONEY BALL aplicaciones (I)




  Es posible que basar las decisiones en un modelo que prioriza los números pueda tornarse otro tipo de ideología limitante. En el caso del ya millonario libro de Michael Lewis, Moneyball: the art of winning an unfair game, el análisis combinado de economía y psicología viene a romper la percepción ordinaria que se tenía en la liga de baseball de los EEUU, historia de la vida real. En general los problemas suelen aparecer cuando aquello que había comenzado como una hipótesis se torna en un modelo, casi en una doctrina que seguir. La historia nos cuenta que los directivos y profesionales buscatalentos en el mundo del baseball habían hecho de su forma de percibir una cuestión de tradición, algo casi sagrado que no se podía cambiar. Según sus criterios autolegitimantes había que conocer la historia del baseball, haber visto una enorme cantidad de partidos, conocer el precio de los jugadores en el mercado...etc., para poder tener una opinión calificada. (Por supuesto, pero esto era sólo información, lo que faltaba era renovar la percepción de esa información, el uso). Hasta que llegó este muchacho graduado de Hardward, que en la película es un personaje ficticio (interpretado por Jonah Hill), un economista que bien podría haber hecho una pequeña fortuna aceptando un trabajo en Wall Street, sin embargo no dejó que el mercado determinara su futuro, su modo de vivir y sus intereses. Se interesó por el baseball y encontró que la manera de pensar en el baseball era casi medieval. El deporte había avanzado en términos financieros, de patrocinio, de profesionalización, pero acerca de cómo se entendía el juego..., en eso la mayoría de los administradores estaba todavía en pañales. Billy Pane (en la película interpretado por Brad Pitt), se fija en las ideas de este jovencito, le llamaba la atención la atención que le daban en el otro club que era su competencia. Después llegaría a descubrir que su olfato no le había fallado, lo contrató como subgerente, era una especie de asesor, un consiglieri en términos de la Mafia, que lo acompañaba a todas las reuniones con su computadora portátil y los datos estadísticos de cada jugador a la mano. Algo importante tenían en común: su natural repudio por la tradición, por todo aquello que estaba definido por la tendencia o que era pura convención. Ambos eran hombres antipopulares,  y no fue raro que entre los dos se formara una mancuerna fabulosa. Billy Bane tenía los contactos, el carácter, la capacidad para hacer las movidas, conocía ese mundo, y este muchacho de Harward, que hace referencia al personaje del libro llamado Paul De Podesta, aplicó al juego los conceptos de un economista. Como dice Bane, eran jugadores de poker contando cartas, con la idea de que podrían ganarle el juego a la casa. Este muchacho asesor se convirtió en una especie de filósofo del baseball.  Sí, lo sé, es raro el apelativo, pero es apropiado, puesto que realiza justamente la tarea de un filósofo: replantear las coordenadas del problema: ahí donde se da vueltas en torno a una cuestión, aparece el filósofo para demostrar que no se están haciendo las preguntas correctas. El planteamiento correcto de un problema es más de la mitad del camino avanzado hacia la solución. Se trata en todo caso de cambiar el enfoque, de cambiarse un par de lentes por otros. 

Por ejemplo, en  las competiciones de artes marciales mixtas de la actualidad el enfoque prioritariamente de los competidores es centrarse en el cardio, en la potencia, y en el uso estratégico de una que otra movida en el último minuto del round para robarse la puntuación de los jueces, pero la mayoría de ellos no hacen otra cosa que sobrevivir el resto del tiempo. Entonces tenemos la otra visión, Rickson Gracie analiza desde los fundamentos del jiu jitsu invisible que enseña y dice algo así: "cuando uno se enfoca en preparse a sí mismo para aplicar todo el espectro del arte que se practica, se pelea para no cansarse, para no desperdiciar energías, para no cometer errores, para aprovechar las oportunidades que te da tu oponente..., pero esto requiere de un entrenamiento diferente, porque todo el enfoque cambia, y esto es algo que las MMA de hoy no permiten, estando delimitadas por el tiempo y las divisiones de peso, no hay más espacio para desarrollar la técnica, la estrategia, la paciencia, la espera por el elemento de la oportunidad, todos esos enormes elementos para la vida se pierden, pierdes la oportunidad de usarlos porque lo que importa ahí es el sensacionalismo, lo extremo, lo explosivo...". El quiebre que se logra con esta nueva manera de pensar, el cual queda testomoniado en el libro que citamos, y luego en la película, es similar, puesto que deja de atender al valor que otorga el mercado a los jugadores, y más bien lo define según las capacidades de los jugadores, por lo que está en su potencia de hacer segun las estadísticas, se encuentra su verdadero valor para el mercado. Para Billy y Paul ya no se trataba de tener a los mejores nombres, sino de pensar en términos de fuerzas, de aptitudes, y de estadísticas. ¿Cuántas corridas necesitamos en esta temporada para clasificar a la postemporada, y cuántas podemos permitir? Cosas de ese tipo. No importaba de nada tener un gran caballo de carreras si lo que el equipo necesitaba era un caballo de carga. El caballo según su potencia, el jugador según lo que podía. Una vez que esto había sido identificado, la otra cuestión era saber usar correctamente al jugador, es decir, encomendarle una tarea dentro del planteamiento del equipo que le permitiera desarrollar esa potencia. No tenía, como pensaban los antiguos directivos, que evaluarse primero su capacidad para correr rápido, o si pegaba fuerte a la bola, porque se pensaba en los jugadores para "hacer bases", algo que no siendo fans del baseball todavía no terminamos de entender. 



Moneyball, el arte de ganar un juego injusto, es un libro para la vida, y por tanto también para el fútbol. Haciendo algunas modificaciones se puede aplicar en el futbol y en otros deportes de seguro. El ejemplo más claro es el de Mourinho al frente del Real Madrid en la presente temporada. ¿Qué hizo Mou para lidiar con la supremacía del barza? Tuvo que comerse un 5-0 en el Nou Camp y perder el año pasado en instancias decisivas con el barza para llegar a ese plan, que por lo menos en La Liga BUVA 2011-2012 le funciona. Consiste en planificar un número de partidos a ganar sin contar los dos partidos con el barza, un mínimo de puntos que deben ganar para pelear la punta: y es en base al cumplimiento de esos números que solidifica la confianza moral de sus jugadores. Sin importar la enorme sombra que le hace su archirival, sin desmoralizarse por los records que bate, por dar sesiones de cátedra, o por ir ganarle en el mismo Bernabeu (1-3). Esta temporada podrán perder con el barza los dos clásicos ida y vuelta, pero como están las cosas el Madrid tiene todo para coronarse campeón ya que lleva 6 puntos de ventaja. Pero esto no acaba aquí porque lo mejor de Mou en su incursión por el Madrid ha sido el cambio de visión hacia una estricta funcionalidad, el resultadismo en base a la mirada aguda, a los escaneos que hace de los jugadores y la manera que debe jugar un equipo segun la idiosincracia de su ciudad y su gente. La liga de España es menos física que la de Inglaterra o la de Italia, de ahí que el Madrid versión Maurinho es un equipo con más posibilidades, vertiginoso, te mata, no te deja agonizar, hace su gol y luego funciona de manera autómata, mientras que el Barcelona te cocina a fuego lento, y a parte te da un baile hasta el minuto final, aunque el marcador ya esté 4 a 0 a su favor. Recuérdese que el gran defecto en el Madrid desde el 2003 hasta la llegada de Mou era su ineptitud para gastar los enormes recursos del club en contrataciones rimbombantes que no habían pensado en la funcionalidad de cada jugador dentro del plano de juego del entrenador. Figo y Beckham se estorbaban, lo mismo que Raúl y Ronaldo hasta cierto punto, y además tenían a Zidane. Pero ese equipo ganó pocas cosas. El entrenador se veia forzado a hacer que un jugador juegue en una posición que no era su original con tal de que sea titular y todos los galácticos esten en cancha, como lo esperaba la directiva y la hinchada. Mourinho pensó lo contrario, tenía a Cristiano Ronaldo y pensó en jugadores funcionales, como Khedirá, como Carvalho para la defensa, o el mismo Xavi Alonso. Quería a Maicon y no se lo dieron. No ha tenido problemas en dejar a Kaká e Higuain en la banca. Su mejor momento fue cuando le ganó la Copa del Rey del 2011 al barza, una explotación de la funcionalidad de los jugadores que tenía, pero que además estaba inventada como antídoto para el modo de juego del barza. Este segundo punto es el que el baseball no permite desarrollar tanto como el fútbol, y quizás no forme parte del estudio de estadísticas que Billy Pane y Paul llevaron adelante con tanto exito. 

   Jorge Luna Ortuño


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