En su ponencia que cuestiona la muerte o la transfiguración del lector, Roger Chartier escribe estas líneas que son disparadores muy estimulantes: "A la antigua oposición entre, de un lado el libro, el escrito, la lectura, y de otro la pantalla y la imagen, nos encontramos ante una situación que propone un nuevo soporte a la cultura escrita y una nueva forma de libro".
Se refiere a la situación actual, que ya tiene sus años de vigencia, en la que la imagen se consume mucho más que lo escrito. A la hora del aprendizaje y del entretenimiento, una gran cantidad de la población se inclina por el material audiovisual. Dicho de otra manera, los films han reemplazado el papel que jugaban antes lo libros de novelas, de filosofía, de poesía... Un público masivo se decanta por ver películas en dvd, o ir a los cines, o navegar en la web observando videos o descargando documentos multimedia.
Este fenómeno podría significar un empobrecimiento de la escritura, dada la mísera cantidad de lecturas que se consumen a la semana. No tenemos una estadística pero no es del todo necesaria. De hecho, mucha gente prefiere invertir su tiempo apelando a los videos tutoriales en Youtube antes que leer un libro sobre la materia. Es como si el formato escrito se hubiera vuelto una pesadez a la que se tiene poca tolerancia. Claro que recurrir a los tutoriales es muy útil cuando se trata de manuales de instrucción. Pero otra cosa es alimentar el órgano de la lectura que se alimenta de la ficción, esa capacidad que Jesús Urzagasti llama proveerle de realidad a tu medio a través de la ficción.
Tal vez una interesante solución consista en aprovecharse del formato audiovisual para usarlos como entradas al formato escrito. Es una de las tareas que nos hemos dado con la Productora Filosofía 360, con un deseo no simplemente de popularizar la filosofía, sino de poner en el radar de personas inteligentes y productivas ciertas herramientas que se pueden extraer del acto de leer en filosofía.
Este fenómeno podría significar un empobrecimiento de la escritura, dada la mísera cantidad de lecturas que se consumen a la semana. No tenemos una estadística pero no es del todo necesaria. De hecho, mucha gente prefiere invertir su tiempo apelando a los videos tutoriales en Youtube antes que leer un libro sobre la materia. Es como si el formato escrito se hubiera vuelto una pesadez a la que se tiene poca tolerancia. Claro que recurrir a los tutoriales es muy útil cuando se trata de manuales de instrucción. Pero otra cosa es alimentar el órgano de la lectura que se alimenta de la ficción, esa capacidad que Jesús Urzagasti llama proveerle de realidad a tu medio a través de la ficción.
Tal vez una interesante solución consista en aprovecharse del formato audiovisual para usarlos como entradas al formato escrito. Es una de las tareas que nos hemos dado con la Productora Filosofía 360, con un deseo no simplemente de popularizar la filosofía, sino de poner en el radar de personas inteligentes y productivas ciertas herramientas que se pueden extraer del acto de leer en filosofía.
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