(Extraído del capítulo 5 del libro de Justo Pastor Mellado, ESCRITURA FUNCIONARIA, editorial Curatoria Forense).
Unidades de formación e investigación en artes
visuales
Investigación, en este terreno, es sinónimo de producción de
conocimiento. En cambio, la “investigación implícita” existente en todo trabajo
de producción artística no está orientada a la producción de conocimiento, sino
más que nada a la producción de obra. Entendamos que la producción de obra
es un tipo específico de producción de conocimiento que, en términos
estrictos, excede la tolerancia epistemológica de los procedimientos de trabajo
universitario. Esto quiere decir que acarrea consigo una epistemología de
segundo grado, por decirlo de algún modo, que corre unos riesgos
impensables y que se sitúan en el terreno de la irreductibilidad.
Reinaldo Laddaga, en su Estética de Laboratorio, reproduce la
pregunta que se formulara Paul Valéry en Piezas sobre arte (Madrid,
Visor, 1999): ¿Qué son las obras de arte? Y que responde de la siguiente
manera:
“Las obras de arte son ‘objetos’ en el sentido material de la
expresión, o secuencias de acciones, como sucede en el drama o en la danza, o
sumas de impresiones sucesivas que también son producidas por acciones, como en
la música, que poseen un atributo adicional: estos objetos o secuencias de
acciones, cuando funcionan, son de algún modo irreductibles”.
La irreductibilidad no es el objeto del
trabajo de la investigación en artes plásticas. Su objeto plantea desde un
comienzo la reducción de sus elementos y la delimitación de su campo de
intervención.
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