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domingo, 30 de diciembre de 2018

NOTAS DE INVESTIGACIÓN ARTÍSTICA


No hay conspiración, hay historia del arte. El arte contemporáneo es exigente, en alguna medida sufre de los mismos peligros que acechaban a la historia de la filosofía, es decir, los aparatos represivos al interior de la filosofía, que dictaban una cosa así: no podrás decir nada de esto ni de lo otro mientras no hayas leído a Kant, Hegel, Platón, etcétera. Para ser contemporáneos hay que saber imbuirse plenamente de lo pasado. No es tanto volver al pasado lo que interesa, sino más bien tener sensibilidad respecto de lo que pervive del pasado en nuestro tiempo actual. Somos muy nietzscheanos en este asunto, hablaremos de lo actual en el sentido que Nietzssche le daba a lo inactual, el tiempo presente en devenir. Vivimos envueltos en medio de una complejidad de tiempos. El presente no es sólo el presente a secas. Existe también algo que llamo "el presente sumergido", son los residuos, los bloques que persisten del pasado en nuestro presente. De tanto en tanto estamos inmersos en ese tiempo, que se integra de valores, ideas, antiguas convicciones, señas que hacen también a la identidad. La nostalgia es uno de los caminos para recorrer sus praderas. 

Me interesa profundizar el enfoque particular del filósofo ruso Boris Groys, utilizo sus lentes para leer a las vanguardias y su relación con el arte contemporáneo. Él habla de una lectura del tiempo estatigráfico de la historia del arte, lo cual entiendo como la coexistencia, la actualidad de lo pasado en el presente. Se desliga de los enfques que abordan la historia del arte como si hubiera evolución lineal, o un desarrollo neo-darwiniano. En cambio, prefiere indagarlo como una parte de la historia de las ideas. Y es en esta forma que abordo a los artistas que me interesan, cruzados con los temas de interés que bordeo desde la filosofía. Bob Dylan y Baruch Spinoza, los dos judíos, tienen pues mucho que ver y explicar el uno del otro en sus propias vidas. Me interesa también Marcel Duschamp, Yves Klein, Banksy, Huai Wei Wei, Tomas Saraceno, Gyula Kocic y Narda Alvarado. 

De todas las obras que he podido percibir en el catálogo del Centro Simón I. Patiño de Cochabamba, Somos artistas bolivianos (2014), la más poética, la más inocente hasta cierto punto, es la de Narda Alvarado, artista investigadora. Las acciones artísticas de Narda en extrañas y bizarras situaciones con la policía son una suerte de prolongación del performance Bartleby. Bartleby es el nombre del personaje insólito de la novela corta del mismo nombre, escrita por Hermann Melville. Presiento que la acción artística es algo multiforme en Santa Cruz, y en el país: parecen todos entenderlo de maneras muy lejanas. 



La critica de Vargas Llosa al arte contemporáneo


Vargas Llosa el honesto embaucador


Respuesta a Vargas Llosa


Enrique Vila Matas arte contemporáneo

domingo, 30 de septiembre de 2018

NOTAS SOBRE EL DEVENIR IMPERCEPTIBLE EN GILLES DELEUZE


"Somos todos fragmentos de películas de cine, trozos de libros leídos, frases escuchadas, pedazos de canciones de aquí y de allá... y también somos un poco antenas parabólicas, estamos captando señales todo el tiempo". 
CHRISTIAN WARNKEN

"Deleuze avanza mediante una variación permanente de conceptos y problemas, volviendo sin cesar a un punto anterior para reinsertarlo en una nueva secuencia. Se propaga como un rizoma en lugar de echar ramas a partir de raíces o construir sobre un cimiento". 

Cuando escribimos nos ponemos en estado de recepción con otras señales que surcaron ese espacio aéreo antes que nosotros. Somos resonancia. Eterno retorno de Nietzsche. Cuando escribimos repetimos algo de otros, incluso si no los hemos leído. (Jesús Urzagasti habla de trayectos paralelos). A veces da la sensación de que todo estaba ya dicho, pero que en medio de la repetición puede aparecer un claro, vislumbrar un corte el camino, que nos lleva a abrir otro surco, una ruta a partir de la vieja ruta. 

Los escritores, como los artistas, funcionan por antena, captan vibraciones que los reordenan, reacomodan el espacio anterior, cada pensamiento resuena por unos instantes y crea una onda en el interior, de repente estás más apto para ciertas actividades que para otras. Por ejemplo, mientras estás en medio de una transmisión no estás tan inclinado a las aptitudes sociales. Pero ante todo, entiendes que necesitas evitar cualquier tipo de interferencia en el momento de recepción de la señal. No es desde cualquier posición que se puede recepcionar la señal, como decía Jesús Urzagasti, el cuerpo tiene que acomodarse en el ángulo adecuado para que entre la luz. 

Por fuera probablemente te veas como un tipo sentado en su escritorio frente a una computadora, totalmente sacado de contexto, podrías estar en medio de una prisión o de una mansión en ese momento, no haría casi diferencia, siempre y cuando no se te interrumpa, pues qué molesto es que te saquen de ahí cuando has logrado ralentizar tus movimientos en lo externo, pero en otro plano te estás moviendo a velocidades altas, mientras está activada la conexión, que es el tiempo en el que existes más enteramente en ese momento. No es como descargar archivos ya hechos de una nube digital, pero se está efectuando una circulación, una transmisión de datos y revelaciones. Las ideas van llegando una tras otra, pero el verdadero orden lo llegamos a ver recién mucho tiempo después. Cada escritor escribe desde una irradiación particular que lo habita, algunos captan las claves de eso que irradia, para otros no hay nada ahí y pasan de largo, así se producen o no los encuentros. El lector se conecta con otro escritor, a veces el escritor escribe leyendo a otros, o las lecturas se manifiestan en su escritura. 

Ahora, las palabras pueden contener ideas, pero las palabras son las carnadas, no el punto de llegada. Surge una idea que es captada por el individuo creador y es anotada en un cuaderno. El dispositivo de la escritura intermedia ese encuentro entre el ser humano y la idea; es posible que en ocasiones ese encuentro, si es cultivado con horas de trabajo, de ejercicio de otras relaciones, pueda florecer en algo diferente, un avance. El escritor puede ensayar una serie de ensambles entre diferentes elementos heterogéneos, sin saber que algo se está formando por debajo. A veces leer a Deleuze no es sólo leer a Deleuze, es sentarse a ignorar cómo te están inoculando los gérmenes de tu próximo libro. Si bien las ideas son aéreas, se las capta en el aire y se efectúan las mezclas en la superficie, lo que sabemos es que eso llamado pensamiento conceptual se forja por medio de conexiones subterráneas. Estas conexiones son lo más parecido a los rizomas, los tallos subterráneos, o los bulbos: crecen horizontalmente y no dependen de un centro fijo. El concepto es el resultado de un proceso de maceramiento en el que la vida misma parece intervenir para dar una luz que nos permita comprender lo que hemos venido ensayando. El escritor, el poeta, el matemático, el artista, sólo pueden plantear el problema, sopesar distintas combinaciones, hasta que la combinación que se ha estado gestando por abajo finalmente emerge para hacernos dar cuenta de lo que ya teníamos entre manos. Bob Dylan sería un buen ejemplo de un artista que trabajaba por antena, captando la vibración en su tiempo y en su lugar. El artista dice algo, pero quiere evitar por todos los medios el lenguaje directo, en el momento que le obligan a traducir la expresión de su trabajo le obligan a renunciar a su diferencia como artista. 

Así pues, lo que me ha fascinado del pensamiento es su doble cualidad subterránea y aérea. Que sea aérea significa que, para pensar, el ser humano requiere exposición, salir afuera, salir de uno, exponerse a influencias, visitar exposiciones de arte, ver obras de teatro, leer a otros autores, conversar con colegas y amigos, viajar al afuera de las propias fronteras físicas, revisar los periódicos de otras partes del mundo, explorar en exigencias que nos hacen ver que no sabemos nada de otras cosas, como la gastronomía libanesa o la museografía de una plataforma de arte colonial y religioso. Por su parte, la cualidad subterránea nos indica que hay que hacerse espacios en la vida para poder sumergirse, lo cual consiste en desaparecer, devenir-imperceptible en cierto modo. Algunos avanzados en estos ejercicios son capaces de zambullirse en medio de una reunión colectiva en la oficina, cuando se dicen unas cuantas palabras claves, cuando alguien lanza una interrogante crucial de otra manera, inmediatamente parecen ausentes, como si el peso de ciertas palabras los hubiera arrastrado desde los pies hasta el fondo, dejando sus cuerpos estupefactos con la mirada perdida, perdida de señal, se fueron abajo, rumbo al laboratorio experimental subterráneo y portátil que cada creador lleva consigo. Pero sumergirse no es fácil, no es parte de las tareas multitask de la vida contemporánea, es decir, no puedes hacerlo mientras chequeas el arroz que está cociendo y revisando tu mensajería en facebook, no funciona así. Sumergirse exige sacrificio, si estás abajo de la superficie no puedes estar físicamente en otra parte; muchas veces hay que sacrificar salidas de diversión, viernes de soltero, estabilidad laboral, popularidad social. 

Nietzsche nos enseñó algo importante, pues fue quien lo resaltó en sus aforismos. La lección es que es perfectamente posible sumergirse en contacto con el aire libre. Decía Nietzsche: "no tiene valor una idea que no haya sido pensada al aire libre". Recordamos inmediatamente a Nietzsche y sus paseos, también a Kant saliendo a dar caminatas después del almuerzo, al igual que Krishnamurti  y sus paseos matutinos, o Martin Heiddegger en el bosque... En mi caso se trata de la bicicleta, cuántas cosas se despejan en la mente al salir a manejar por las calles y autopistas de Santa Cruz de la Sierra. 

Entonces, ante los diferentes espacios vibracionales donde nos encontramos nuestra antena capta señales y se conecta con ello. Aquí entra otro elemento que es la onda de vibración. Tomás Abraham escribe en "El suave Shultz": 

"Hay pensamientos que están en la misma longitud de onda y que al mismo tiempo contrastan. Forman parte de algún modo innominado. Son pensamientos que resuenan de a dos, que vibran a contra punto. Así los de Schulz y Grombrowicz. Tienen fueza propia, sin duda, pero multiplican su presencia cuando se encuentran. [...] Pero no se trasladaban influencias, ni pensaban igual, tampoco, tenían un estilo común. Sucedía que estaban en la misma longitud de onda. Y esa longitud tenía una frecuencia que sólo ellos conocían. [...] Es una muestra de lo que sucede cuando dos pensamientos se conectan, la corriente eléctrica que producen, el voltaje al que nos hacen llegar." 
















lunes, 24 de septiembre de 2018

LA CREACIÓN SEGÚN JUSTO PASTOR MELLADO


LA CREACIÓN DE UN NO-ESTILO: DOMINICK CRUZ


WHAT IT TAKES TO BE A GREAT FIGHTER


Joe Rogan received the great trainer and boxing comentator Teddy Atlas, a true master of the discipline, but also some kind of modern Bushido master from the occidental world. In this part he tells about Tyson and the diference between talent and being a fighter. Enjoy. 

"When you do weak things, and you now they weak things, how are you gonna do strong things now?" - Teddy Atlas. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

EL CONCEPTO LE PERTENECE AL FILÓSOFO

El concepto le pertenece al filósofo, o dicho de manera más precisa: la creación conceptual es la especialidad del filósofo. Esto no se había dicho tan claramente hasta antes de que Gilles Deleuze y Felix Guattari reivindicaran a la filosofía como el arte de formar, de inventar, de fabricar conceptos. El marco de la creación de la filosofía en la antigua Grecia es la competencia entre hombres libres, la rivalidad entre sus desacuerdos, un atletismo generalizado reunido en el ágon. La creación solía, y suele todavía hoy, adscribirse a las artes y al ámbito de lo sensible, pero lo que recordamos con Deleuze es que los conceptos tienen mucho de materia sensible o sensibilia. Filosofía: conocimiento de la realidad sensible mediante conceptos. 

Los conceptos se crean dentro de una intuición que les es propia: "un ámbito, un plano, un suelo, que no se confunde con ellos, pero que alberga los personajes que los cultivan." Los conceptos grandes de la filosofía llevan la firma de un autor: "Sustancia", firma Spinoza. "Crítica", firma Kant. "Idea", firma Platón y muchos casos más. "Velocidad", Paul Virilio, para hablar de un filósofo recientemente desaparecido. Sin embargo, si bien se ordena así cual es la especialidad del filósofo, no se puede pretender que esto le otorgue una preeminencia sobre las otras disciplinas a la hora de pensar y de crear. El filósofo ha crecido a lo largo de los tiempos cultivando su oficio sin que lo respeten precisamente por ello, y aguantando una serie de majaderías que le atribuían esa tarea a otros pretendientes del conocimiento y de la experiencia sensible. (artistas, diseñadores, incluso comunicadores o curadores). Deleuze y Guattari ya hacían notar en su tiempo, a inicios de los 90, que existe por ejemplo el pensamiento científico y funciona autónomamente. Del mismo modo, cabría hablar del pensamiento artístico. Respecto de este último, tiene unos valores que lo sostienen y que lo acercan mucho a la filosofía: se valoriza la incertidumbre, la conexión, la antijerarquía y la divergencia. Marcel Duschamps es particularmente desafiante y propicio a la hora de encontrar los puentes entre lo filosófico y lo artístico. 

La siguiente pregunta a despejar es ¿por qué se necesita crear conceptos? Mi experiencia dictando materias en universidades me ha mostrado que todos confunden a la Idea con el Concepto. Dónde encontrar su diferencia. Siguiendo a Platón, él creó el concepto de Idea. La Idea puede ser un concepto, pero un concepto no puede ser la Idea. La Idea es una creación posterior, una segunda derivada por así decirlo. Una idea puede ser espontánea, surgir repentinamente como resultado del procesamiento de información con la que se cuenta y un hecho disparador en el mundo físico material. Tener una idea puede ser una fiesta, que a uno se le ocurra algo que no se le ocurrió antes a alguien. No es un regalo, requiere de tener despejada la mente, pero al mismo tiempo involucrada con un asunto, una cuestión, que la lleve al final feliz. 

Es en el estudio de los conceptos donde se encuentra de manera más fructífera y amigable el pensamiento filosófico con el pensamiento artístico. El concepto es una realidad filosófica, y no se puede dejar de recalcar que el concepto no está dado, sino que responde a una agrupación de elementos que se construye. "Cuanto más creado es el concepto, más se plantea a sí mismo. Lo que depende de una actividad creadora libre también es lo que se plantea en sí mismo, independiente y necesariamente: lo más subjetivo será lo más objetivo." (Deleuze y Guattari: 1993, p. 17). 

EL JOKER ACECHA A HARVEY DENT: UFC 229 McGREGOR HA VUELTO



Conor McGregor es una fiesta, un caleidoscopio, un Joker, y también un motivo de estudio sobre las artes marciales, la mercadotecnia, la industria de los deportes de combate, la estrategia militar, la manipulación psicológica o las leyes de la atracción y el pensamiento positivo de la new age. Los especialistas de estas áreas y otras más se divierten produciendo videos en la plataforma youtube con una serie de análisis sobre las conductas y la filosofía del peleador irlandés. A estas alturas llamarlo peleador, o artista marcial, se antoja un desacierto reductivo, por confirnarlo en una categoría a la que sobrepasa, hasta convertirse en un ícono de la autoconfianza, de la mentalidad macho alfa, un fenómeno social por sí solo. Su presencia también resalta el carácter de parafernalia y de circo, cuna de divas, que ha adquirido el negocio de los deportes de combate en los últimos tiempos, especialmente el UFC, con ganancias millonarias por pagos de evento.




La última aparición pública de Conor McGregor sucedió en la conferencia de prensa del 20 de septiembre para el esperado UFC 229, en el que peleará por el título con Khabib Nurmagomedov, el implacable luchador ruso, invicto en 26 peleas de MMA, que no ha perdido nunca ni un round, y se ha consolidado como dueño del cinturón en las 155 libras. Conor McGregor vuelve encabronado por haber sido despojado de sus dos títulos consecutivamente debido a la inactividad en el octágono desde fines del 2016. 



La imagen del irlandés en esa épica y siniestra conferencia de prensa fue la de un Joker, no cualquier Jóker, más bien algo similar al que interpretó Heath Ledger en El Caballero de la Noche, aunque menos genial. El Jóker no está atado a una sola identidad, representa el caos, la ceguera de un caos que él controla perfectamente, y en su presencia se siente un inminente peligro que no se sabe bien por dónde puede reventar. También nos ha recordado a la versión más descarriada de Tony Montana, el Caracortada interpretado por Al Pacino, mezclado con algunos elementos de carisma psicodélico propios de Jim Morrison, el icónico solista de la banda The Doors. En suma, teatralidad, el montaje de un personaje y la lucha por dominar en el establecimiento de una línea narrativa.

Hasta entonces, la pregunta era cómo asumiría su papel Conor McGregor una vez que evitó salir a la luz y pronunciarse sobre su retorno desde hace tanto tiempo. Lo que hizo fue hacerse cargo de todo lo que se podía decir sobre él y el incidente con el bus. Pero lo más notorio fue la incomodidad de Conor en la conferencia de prensa, al menos por realizarse sin los fans, a puertas cerradas sólo para la prensa. Conor ha dejado claro desde su pelea con Nate Diaz su malestar por el tiempo que consume la promoción de sus peleas mientras la mayor parte del dinero se lo llevan los propietarios del UFC. Se ha revelado en desacuerdo fuertemente. A los peleadores sólo les pagan por entrar al octógono, por ello es que Conor creó "McGregor Promotions", además de la productora "The Mac Life", en la que comparte sus contenidos más primiciales y "reveladores", según sus propios términos. Desde que controla estos medios y se preserva de hacer muy escasa su presencia en los medios tradicionales, Conor ha podido también controlar la producción de la película llamada realidad, al punto de hacernos creer por unos momentos eternos que tenía realmente una chance de vencer en el cuadrilátero al invicto Floyd Mayweather. Pero no era así, nada de lo que anunció se cumplió y pocos le reclamaron que se hiciera cargo de sus ambiciosas afirmaciones. El tiempo pasó y ahora ha vuelto directo al escenario más esperado posible. 

Frente a Khabib, Conor venía retrasado en la construcción de la línea de historia. Durante el último año Khabib utilizó fuertemente el internet para interpelar a Conor, burlarse, desafiar y hacerlo ver como un rey en decadencia, que no defiende su título y que comete el ridículo de creerse un gángster, pero que le tiene miedo y no se atreve a citarlo para una pelea sin cámaras ni atención de media ni amigos alrededor. El escenario es improbable, Khabib tardó un poco más en digerirlo. Mientras, Conor McGregor estuvo trabajando en el ataque a los puntos de apoyo de Khabib. Uno de esos puntos fue el financiamiento que recibía el gimnasio de Khabib de parte de un empresario ruso, al que según Conor, se puso detrás de las rejas por cargos de extorsión en su propio país. "Ahora ya no tienes el dinero", le decía McGregor al ruso mofándose, y continuaba, "y yo soy el último clavo que se pondrá en tu ataúd". Conor mostró que quiere llevar el nivel de la confrontación a una atmósfera de aire insoportable, sin ningún sentido de honor, que ahogue a Khabib, quien sólo ha sido parte de la pelea estelar en una ocasión antes. Conor tira todo el peso que puede en los hombros de Khabib, desea hacerlo sentir acorralado, incómodo, amenazado, seriamente, y sobre todo deshonrado. Conor afirma cada cosa que dice como si realmente lo creyera. "Traidor, rata, soplón, falso", le gritaba en la conferencia en diversas oportunidades. Pero Khabib entiende la naturaleza del mal, las formas que tiene de encarnarse, y se limita a seguir los preceptos de su religión musulmana.

El inglés de Khabib no goza de un rico vocabulario, pero puede ser contundente y preciso en sus observaciones; el ruso también domina el arte de cortar la ruta directo hacia el objetivo primario, atacar directo al oro, pero lo que lo diferencia de Conor McGregor es la paciencia, él tiene toda la paciencia del mundo, porque confía en que las cosas se desenrollan de manera inevitable hacia un final esperado una vez que se ha dado los pasos correctos. "Step by step". El irlandés en cambio se consume en ansiedad, vive de la velocidad y el movimiento. "The fight business: you go in, you get rich and you go out". No existe aquello de que McGregor ama este deporte. McGregor lo ve como un negocio, y considera muy importante que sea uno el que se retire del deporte, y no el deporte el que lo retire a uno. Es un cruel juego del dinero, en el que los peleadores ponen todo en la línea, sobre todo su salud y bienestar. Conor no tenía que volver, no logró el trato que deseaba con el UFC como socio, y no le hacía falta el dinero (es lo que asegura), pero ha vuelto, ¿por qué ha vuelto? Y volvió contra uno de los peores rivales, de los más peligrosos que se pueda crear. No cabe duda de que algo lo forzaba. Conor está encontrando la manera de aceptarlo y de convertirlo en algo beneficioso. Pero es un niño malcriado y caprochoso, Dana White lo trata con respeto, deferencia, casi con temor a alguna reacción de bravuconería. Le han concedido que su marca de whiskey sea uno de los patrocinadores de la pelea. Cada vez más lejos el UFC de representar algo positivo para la imagen global de las artes marciales.


Conor McGregor es muy provocativo para escuchar, te llena de energía cuando necesitas salir a trotar, cuando necesitas insuflarte de valor y de orgullo para lidiar con tus propias batallas y adversarios. Escuchándolo en sus viejas entrevistas descubro sus dos motivaciones declaradas: la pasión por el movimiento y por el dinero. "Movement and money". Movimiento corporal en todas sus formas, dominio de la mente sobre el movimiento y la expresión del cuerpo, está realmente fascinado por aquello. Esto se traduce en su estilo de pelea, variado, dinámico, cambiante, creativo, arronjado, estético, plástico. Sus entrenamientos en la playa, haciendo movimientos de lagarto, o esquivando golpes junto a Ido Portal, nos recuerdan un poco a las imágenes míticas de Rickson Gracie conectándose con el flujo multidimensional del mar. Al mismo tiempo, se descubre a sí mismo una y otra vez como una máquina para hacer dinero. Dana White lo idolatra por eso. Es perfecto para los movimientos grandes y osados que el UFC quiere hacer. No tienen otra mejor carta que él. Ronda Rousey era la única que podía hacer sombra, pero Conor le mandó una indirecta que consumió a Ronda el 2015 en la conferencia de prensa UFC go big:  "veremos a fin de año quien tiene los números más grandes de la compañía". Ronda se fue directo después de ello hacia un trabajo que la exprimió en Australia con la atención mediática para ponerse en los hombros la responsabilidad de que se llenaran las taquillas. Ronda se hundió en el olvido después de ello. Conor aprendió lecciones de esa experiencia: cuando tu pierdes no pierde el UFC, sólo están contigo en caso de que ganes. La casa nunca pierde, la casa está con el que gane, casi siempre, salvo si se trata de campeones aburridos, que no representan los valores osados e hipermasculinos de la compañía, como era el caso del somnoliento Tyron Woodley. "El campeón debe hacer movimientos poderosos de pelea a pelea", declara Floyd Mayweather al recordar su carrera como campeón en cinco categorías de peso. McGregor ha estado haciendo eso, y aceptar la pelea con Khabib no hace nada más que mantenerlo en el centro de atención, por el riesgo que conlleva, tiene mucho más que perder. 

Tememos algunos fans que se pueda dar una pelea accidentada, dura de ver, sangrienta, con lesiones o puntos de ruptura, pero sobretodo se teme por Conor, no tanto por Khabib. El ruso quiere cambiarle el rostro a McGregor. "By changing his face I can change his mentality too", declaró poco después de que se conociera que la pelea se realizaría. Si se trata de visualizar y de adelantar lo que ha de pasar, el ruso parece tenerlo más claro: I am gonna smash your boy. I am gonna make him humble. I am gonna ply with him after getting him tired. I am gonna talk to him and teach him respect". Es claro y conciso. Mientras que Conor ya no ha querido hacer las veces de Mistic Mac. Peleará lo que tome la pelea, pero cree que en el primer round puede acabarse noqueándolo. Sobre todo se concentró en hacerle saber al ruso que está listo para una larga noche, que no le teme en absoluto, que lo espera y está preparado. 

No cabía duda de que se trataba de otro Conor McGregor. En estrategia militar cuentan que existe una gran diferencia cuando tu acechas a alguien y lo esperas pacientemente o lo persigues hasta acorralarlo, respecto de otra figura, que consiste en entrar en un territorio donde te esperan, donde el acechado eres tú y tu estrategia debe pasar por descifrar los posibles campos minados. Conor llegaba a esta pelea en esa segunda posición, pero de manera magistral tomó la delantera en iniciativa, se convirtió nuevamente en el cazador, a costa de asumirse como el tipo cuestionable moralmente de la película, una fuerza bruta e incontrolable. Nietzsche tendría algunas cosas que decir sobre este irlandés de película, que se reinventa y sabe retornar con una sorpresa siempre al siguiente nivel. Nadie se esperaba lo que hizo. Era un Conor menos elegante y menos afilado, tenía muchos frentes que cubrir, y la meta principal de su mensaje parecía ser más rudimentaria. Lo que dejó claro es que él controla la escena, es el dueño y señor, el que se comporta como el centro del cirrco. Y su mensaje fue girar lo ocurrido con el tema del ataque al bus; hizo aparecer a Khabib como un cobarde, y dejó en claro que no tenía armas cuando fue a afrontarlo. Esos sucesos afectaron el rendimiento de Khabib en la pelea por el título, pues aunque venció por decisión unánime, se lo vio un poco más desordenado, vulnerable en la pelea de pie y disperso. Conor quiere ponerlo en ese estado de mente, lo está controlando todo el proceso, y es mejor para él mientras más logre reducir la capacidad real de ejecución de Khabib. 

Hay algo oscuro detrás de esta pelea, algo que no terminamos de saber, pero que se podía masticar en la atmósfera, incluso al ser testigo sólo por un video de youtube: se siente el aire de peligrosidad, como si se estuviera jugando en un nivel en el que ya no se puede jugar y el fuego puede quemar toda la casa. Conor McGregor se hace responsable por instalar un aire de animosidad muy elevado entre fans. Khabib juega claramente el rol del hombre sensato, del artista marcial que todavía cree en las reglas y en hacer las cosas por el camino correcto o noble, siendo un ejemplo para los jóvenes. Sin embargo su postura ha sido curiosamente demasiado condescendiente con las locuras de Conor. Él fue quien habló de un problema personal, que esto no era como cualquier otra pelea, que le daría a Conor el trato de ganster que se merecía, etc. Khabib dijo muchas cosas que se metieron en la cabeza de Conor, lo hizo sentir que podría haber confrontación física en cualquier momento. Pero llegado el día de la conferencia, el ruso mostró estar dispuesto  dejar descansar los insultos previos, se mostró muy relacional y desconectado de la confrontación verbal, salvo en breves momentos. Khabib se me ha antojado ahora como el Fiscal Harvey Dent en El Caballero de la Noche, el que quiere ajusticiar al Jóker, pero termina siendo aniquilado y viendo cómo se rompen sus valores y se invierten hacia la noche más oscura. Conor es el Jóker. Conor sabe que en el UFC no son sus amigos, ni Dana White ni nadie, por ello no se muestra respetuoso en nada respecto de ese circo, y está peleando una batalla mucho más grande por ser parte del control en el negocio. Khabib ha sido el anzuelo que el UFC usó para establecer una pulseta de intereses y poder con McGregor. Por ahora no tiene todo lo que quiere, y el resultado de esta pelea debe llevarlo a ese siguiente paso en el que se siente lado a lado con los propietarios. No sabemos a dónde podría ir el UFC con una mente como la de McGregor llevando sus hilos; seguramente a un lugar disparatado, atrevido, inestable también, que se ponga cada vez más en la piel de los fans, pero también a una tierra desierta de decisiones no siempre defendibles. El hombre ha cortado los cables con la realidad cotidiana que todos estamos acostumbrados a ver y tomar como punto de partida. Hay un plan muy grande moviéndose por debajo de esta pelea, ya veremos qué pasa y cómo nos enteramos de los móviles y lo que se está discutiendo de fondo.    


Link de interés:



Phrases:

Do something about it, yeah, you are doing nothing!

Here you have my location, what you are going to do?

I am gonna tap your head on the canvas

You litle fan boy bitch

Don´t ever come after the king


domingo, 26 de agosto de 2018

EL ENIGMA CONOR MCGREGOR VS KHABIB NURMAGOMEDOV



Khabib vs McGregor es una de las peleas de MMA más atractivas para lo que queda del año. La mala sangre y la rivalidad personal que se ha construido entre estos dos peleadores le agrega un toque especial de interés y de morbo también a la pelea. Khabib viene declarando que su intención no es sólo vencer, sino que desea hacer humilde a Conor, desea cambiarle su estructura facial, con el ground and pound impecable que ejecuta en sus peleas. El ruso de Dagestan ha aplastado a sus rivales, tiene un récord invicto de 26-0 y su figura es un ejemplo como artista marcial y como guerrero. Si Khabib vence no sorprenderá y en ciertos términos sería lo más correcto. Khabib realmente quiere darle una lección, es personal dice él. "Si le cambio su rostro también le puedo cambiar su mentalidad". 

El autocontrol, la paciencia, la inteligencia, el conocimiento de la distribución del peso del cuerpo en todas las posiciones, son el tipo de armas que Khabib maneja con maestría. Es el tipo perfecto de ejemplar que nos recuerda a Ivan Drago en la película 4 de Rocky, parece invencible, está criado en un ambiente severo, de dura competencia y de presión constante para vencer las limitaciones que le planteaba su cuerpo, su naturaleza, su mentalidad. Es uno de esos hombres que se ha llevado a sí mismo muy lejos, sabe recorrer la extramilla, esa milla que es la patada final que Muhammad Ali reconocía en los campeones mundiales.

En cuanto a Conor McGregor, es difícil que tenga el mismo tipo de corazón y de resistencia a la adversidad. Conor necesita alimentar su confianza y tener un plan que le sirva para tener el control. Si los planes se caen él  también se cae. Floyd Mayweather nos mravilló durante largos años por la manera en que sabía cambiar su plan de pelea durante la pelea, por cómo lograba hacer uno, dos, hasta tres ajustes en su juego.  Era una mente pensante y tenía las herramientas para elegir otro tipo de aproximación en una pelea. Pero Conor no sabemos muy bien si tiene otro juego, puesto que es demasiado dominante en su forma de ser. lo que le interesa es ir directo al oro, es como Rickson Gracie, que no se distraía ni dispersaba, iba directo por "the kill move". Conor tiene su boleto al oro con su mano izquierda, todos lo saben. Lo que no se sabe siempre es cómo va a preparar el uso de su mano, cómo creará trampas, le abrirá un espacio o generará las reacciones que necesita. 

Khabib es un gran competidor, no irá a perder como lo hizo Aldo, por apresurarse con un golpe lleno de ira. Sin embargo, el riesgo de que lo conmuevan y lo lastiman sigue latente, puede suceder en el más mínimo cruce. Si Khabib juega una estrategia del tipo George Sant Pierre con Matt Serra, a quien debilitó en el forcejeo, lo mismo que al campeón hawaiano, obligándolo a defender el derribo contra la reja, es decir, cargando de peso y fatigando los hombros del oponente que es bueno para el boxeo, pues entonces tendrá una gran chance de llevarse la pelea en su mejor estilo, desluciendo al rival y hacéndolo desistir mentalmente.  

Parece que es casi imposible no llegar al suelo cuando peleas contra este ruso fenomenal. Conor tiene a su favor un estilo de pelea que privilegia el juego de pies, una herencia de los peleadores más estilizados de la historia de los deportes de combate. Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard, Roy Jones Jr, o el mismo Anderson Silva, son una especie de ancestros, de referentes inmediatos. Conor pertenece a un linaje, y su choque con Floyd Mayweather, aún en la derrota, tiene que haberle enseñado mucho de la estrategia y mentalidad de ese monstruo ganador. Conor guarda silencio ahora sobre la pelea con Khabib, no existe videos ni información en internet que nos brinde un adelanto. No ha querido hacerse vocal en sus pensamientos sobre la pelea, ni siquiera existen imágenes de su actual régimen de entrenamiento. Su entorno es de discreción total, sospecho que se tomó todo este tiempo para atender un problema que identificó en su sistema: el cardio limitado. Con el estilo de movimiento que Conor tiene, pensar la dosificación es más difícil. Sus arremetidas son demasiado explosivas, Conor busca el cierre del combate desde el principio, espera que su agresividad descomunal, que su presión continua y su juego psicológico sea demasiado para el rival. Cuando no fue suficiente le costó mucho contra Nate Díaz. Queda la duda de si esto sucedió la cuestión del peso, que eran las 170 libras, donde Nate Diaz llevaba ventaja. Sin embargo ahora, en su enfrentamiento contra el ruso invicto, Conor peleará por el título de las 155 libras. 

Su movimiento de volver ahora directamente a pelear contra el campeón, en la categoría que lo vio coronarse como estrella mundial, es sin duda propio de un Don. Conor McGregor hace gala de su destilería de Wiskhy, pues tiene su propia marca que distribuye en paíse de Europa y Estados Unidos. Si lo tendría a mano lo compraría, sin duda. Porque lo que te hace sentir el wiskhy se relaciona mucho con aquello que proyecta McGregor: autoconfianza, decisiones de agallas, dominación, imposición de ciertos términos, determinación de una ruta clara. Cuando se toma wiskhy se activan hormonas masculinas, o se estimulan de alguna manera. Sale un mandón que no tiene miedo de irse de largo en sus juicios y sus valoraciones desmesuradas pero precisas hasta cierto punto. Sale Conor McGregor, que representa al modelo líder, el que tenía la llave para comprender el modelo y salirse de él, tirarle una patada en el culo y desarrollar sus propias inversiones, esperar a su tiempo. Desde octubre del 2016 que no veíamos a Conor en cartelera de MMA. Vuelve a lo Muhammad Alí, pero con mucho silencio, gastando seguramente millones en su campamento, aprovechando de cada punto de ventaja que pueda gozar sobre Khabib. 

Muhammad Alí retornó y luego peleó con Frazier para recuperar el cinturón que le habían quitado sin haberlo perdido. Es otra vez un bailarín contra un oso los que se enfrentan. Pero Alí no tenía poder en sus manos, ahí es donde lo superó Roy Jones Jr. Y McGregor es como una versión así de inalámbrica de Roy Jones para las MMA. Me recuerda a esta pelea ahora. Me preocupa que Conor no haya estado activo, y que vuelva para pelear con un campeón que ha estado activo y demoliendo a los que le ponían delante.

Por ahora se presume que el ruso debería normalmente ganar esta pelea. Khabib es George Foreman otra vez, una aplastadora temible. Alí logró ver que estaba sobrevalorado, era muy incómodo y predecible. Conor tendrá la ventaja en cuanto a flexibilidad, creatividad en el striking, manejo de ángulos, capacidad de contra, y movilidad. Conor debe además saber cómo sobrevivir en el suelo, cómo evitar caer en las trampas de oso y las inmovilizaciones de miembros que hace Khabib. Dan Hardy, notable comentarista, indica en el video que compartimos al principio que Conor sólo necesita poder pararse tres veces durante la pelea, para tener su chance de conectar un golpe decisivo estando arriba. Todo esto se verá el 6 de octubre en el #UFC229.    


VIAJAR Y FLEXIBILIDAD COGNITIVA



Existe un paradigma según el cual viajar nos hace mejores personas, por lo menos podríamos decir que más abiertas, relajadas e interesantes. Al empezar el viaje no tenías mucho que decir, ni siquiera sabías bien qué esperar, pero al volver te has convertido en un narrador de historias, alguien que relata sus vivencias inusuales, ejerciendo el papel de personaje principal en la historia de su vida. Estas transformaciones ocurren especialmente si el viaje implica salir del país hacia culturas y formas de vivir completamente diferentes a los modos de ser locales. 

En las principales ciudades de países de Europa puede notarse que la cultura del conflicto es lo último que se practica. En realidad, todo está muy bien pensado para facilitarle la vida a las personas, las ciudades han pensado en sus ciudadanos, les construyen los asientos de las paradas en los lugares adecuados, con el sistema de tickets y boleterías perfectamente equipados, mientras los horarios del tranvía, de los buses y del metro se cumplen con notable puntualidad. Se entiende por allá que la gente hace su vida planificando sus próximos desplazamientos y el tiempo que necesita estar en cada lugar. Me habían dicho que los europeos son rigurosos pero al mismo tiempo cuadrados en su mentalidad, es decir rígidos como una vara de acero, puesto que viven maniatados a sus rutas y horarios programados, tienen la vida reticulada en torno a horas, tareas y objetivos. No puedo decir que esta programación diaria no parezca afectarles en su manera de lidiar con los inconvenientes y los retrasos o las situaciones inesperadas. Sin embargo, lo que me impresiona es que todo alrededor parezca conspirar para que el reloj del sistema funcione perfectamente. La cultura de vida de los europeos te enseña la valía del tiempo de los otros. 

https://www.facebook.com/Upworthy/videos/2106650602982727/

Pero mi mayor descubrimiento fue un suceso que me guió en mi camino para escribir el primer libro de mi vida. Se llamó Pensamiento inalámbrico. Después de haber estado en Francia durante casi un mes, a mi retorno debía volver por Madrid hacia Buenos Aires y Santa Cruz. Pero por causa de una estafa en la venta de pasajes por parte de la línea AeroSur, ya extinta desde entonces, tuve que que quedarme varado en el Aeropuerto Barajas de dicha ciudad, con mis maletas y mi mentalidad. En ese momento tenía conmigo los apuntes avanzados del libro, tenía también ya el título definido. 

Las personas que integran una nueva cultura dentro de su identidad son más creativas a la larga. Hacer lo que hacen los locales por un periodo extendido de tiempo fuerza a pensar en diferentes maneras y desenvolverse entre diferentes ideas. Es un concepto que los cientistas llaman flexibilidad cognitiva. La premisa es que mientras más cognitivamente flexible seas, más creativo serás. Esto es exactamente lo que traté de desarrollar con la teoría del pensamiento inalámbrico, pero no sabía que existía un término así. El arte contemporáneo también me hace pensar en este tipo de productividad que no sigue las mismas sujeciones ni los patrones de construcción de pensamiento.

Viajar te da una perspectiva más amplia. Te da una vista de pájaro. Viajar nos ayuda a ver nuestras vidas desde una distancia, tanto física como metafóricamente. Y cuando haces eso, eres capaz de hacer cosas bastante más claramente. Viajar te ayuda a ser más paciente. Lidiar con retrasos, y con diferentes culturas durante los viajes te ayudan a tener paciencia y a ser una persona más comprensiva en general. El video que descubrí en facebook termina con este enunciado muy provocativo: "Al principio, un viaje te deja sin palabras, y después te convierte en un contador de historias." 

NO NECESITAS APROXIMARTE, A VECES



Al caminar por la vida nos hacemos de un equipaje inesperado de amistades y de apegos afectivos a encuentros que luego serán recuerdos inolvidables. Es inevitable que deseemos querer y ser queridos tanto como queremos. La vida es como una botella que nos tiene dentro y que a veces se revuelve, se agita, se asienta, o se congela, junto con el líquido en el interior en el que convivimos. En esos giros y revoluciones se prueba la calidad de la amistad, la autenticidad y la fuerza de los lazos que unen a las personas contenidas dentro de esa botella. 

Hay seres a los que queremos tanto que ni siquiera necesitamos que se acerquen cuando está pendiente una disculpa, o cuando los tropiezos demasiado humanos nos alejan. No es ni siquiera necesario que te digan que lo sienten, porque lo presientes en su presencia, cuando pasan cerca tuyo sin saber exactamente cómo aproximarse. 

La incomodidad dice muchas cosas. La incomodidad se contagia, se expande y se pega en los otros. Pero no se trata de que el otro deba disculparse. La incomodidad viene del reconocimiento de la complejidad, cuando una disculpa no alcanza porque ya no es una situación donde haya uno que esté en lo correcto y el otro completamente equivocado, pues se reconoce también un trozo de verdad en su posición y en su molestia. No se puede arreglar ese corte tan fácilmente, tristemente a veces las amistades se pierden. Los que somos escorpios somos directos en nuestras resoluciones, una vez que se ha desestimado la reconciliación seguimos el camino, nos perdemos y avanzamos lejos, muy lejos, y cuando nos busquen ya no estaremos ahí. Las dos partes en un conflicto actúan deslizándose por un medio gris en el que la resolución dependerá de la contención que ambos jueguen, en fidelidad al lazo atemporal que los une.  

domingo, 21 de enero de 2018

LIBRO CIRCULAR


Un libro concebido por anillos. Esto lo vengo pensando desde el 2011.
El libro circular. Una geografía del libro, pensado como superficie.
Cada anillo en el libro remite al otro, se superpone a uno anterior y anuncia el que viene. Los anillos son superficies abiertas, siempre son susceptibles de ser extendidas.
Un concepto no se agota en una forma de tratamiento. Los círculos son planos donde existe más disposición a desarrollar ciertos aspectos que otros.
Cada anillo tiene su tono y su clima.
Si se acentúa la mirada en un tema circulando por tal anillo, lo que permite ese desarrollo es la tranquilidad de que existe otro anillo aledaño donde se tendrá el tiempo de retomar las hilachas que en el anterior se deja colgando inevitablemente.
No es mi caso el de juntar fragmentos de textos y recortar, al menos la operación no acabaría ahí. No hago el cut-up de Burroughs. Yo conecto, no sólo por voluntad, pero cuando suceden las conexiones me enseñan nuevos caminos, se trata de una confianza en la conexión.
Un libro circular es un libro sin pies ni cabeza. No existe la voluntad de llevarte hacia ninguna parte. Algo maravilloso ha pasado, parece que todo el libro está escrito en un mismo estado de ánimo.
La idea la venía trabajando desde el programa de ampliación de la filosfía en el que empecé a indagar en 2010. Producto de ello conocí la idea 360 del Tour de U2, la banda musical irlandesa, y su idea de una nueva plataforma.
El libro en anillos puede agrupar en anillos grupos de conceptos, preguntas, desarrollos, pero logrando que hayan unas líneas radiales, que serían como los ejes temáticos fuertes que lo cortan todo.

viernes, 19 de enero de 2018

CONSTRUYENDO SUMERGENCIAS (IV)


Qué es un individuo? ¿En qué consiste su identidad? Todas las novelas buscan una respuesta a estas preguntas. En efecto, ¿mediante qué se define un yo? ¿Por lo que hace un personaje, por sus actos? Pero la acción escapa a su autor, se vuelve casi siempre contra él. ¿Por su vida interior, pues, por los sentimientos ocultos? Pero ¿es capaz de un hombre de comprenderse a sí mismo? ¿Pueden sus pensamientos ocultos servir de clave para su identidad?
Milan Kundera, Los testamentos traicionados, p. 19. 

La vida interior escapa al individuo, se vuelve contra él en ocasiones. Los acontecimientos que se suceden en la vida generan un movimiento involuntario en el mundo interior. Aparecemos convulsionados y agitados por dentro. Es muy importante cuidar lo que uno va viviendo en la experiencia cotidiana, las personas con quienes se junta, las conversaciones a las que da lugar, los momentos de tranquilidad y los exabruptos. En todo ello se va constituyendo una otra dimensión de nuestra individualidad, dimensión que llevamos con nosotros a cuestas.

Tomas Mann lanza la pregunta: "¿Está el yo del hombre estrechamente circunscrito y herméticamente encerrado en sus límites carnales y efímeros?" En el lenguaje de sumergencias responderíamos que no, que no se circunscribe a ello, sino que se desborda a sus límites aparentes como persona. Somos individuos colectivos. Todos. Los otros están como parte de lo que llevamos sumergido. Cada individuo lleva consigo sus abismos.

El individuo es una sumergencia, una acción de zambullirse y emerger. El individuo no es una persona. Hay tanto de subterráneo en un hombre como en una mujer.Son las onduras del ser humano. El individuo es con los otros. Yo soy con mi hijo, mi hijo es conmigo, pero no sólo conmigo. Él es una composición, somos composiciones. Vemos personas, pero no vemos individualidades. Cuando te separas de un ser querido, pierdes algo en ti, se desmembra una porción, como un sector de ramificaciones en el rizoma. Ese es el dolor que se siente, como si se hubiera perdido un miembro fantasma. En ese abismo del ser humano están los vínculos que lo ligan a otros. El cuidado, el extremo cuidado, es lo que se impone.

Camino con mi abismo a cuestas. Vemos personas pero no vemos abismos. Yo veo mucho abismo cuando trato con los indígenas. El abismo debe ser algo de lo que se tiene ciertas noticias. (Noticias del fondo del abismo). No puede ser simplemente lo inexplorado, pues entonces no sabríamos que existe. El abismo no está disponible para la visión ordinaria, requiere de la percepción del novelista, del artista. Se puede sentir mucho abismo cuando se trata con algunos indígenas.
Cuando hablo de sumergirme estoy expresando una necesidad de reconocer a los míos. Las personas nos comunicamos en silencio también, a lo lejos, esos diálogos mentales son reales. Sumergirse no es el sólo hecho de escribir, es estar conectado a los tuyos.

No vemos el abismo de los otros. Vemos acciones, rupturas.


II

Un 20 de septiembre del 2017 me preguntaba ¿qué tiene que pasar para que un escritor deje de escribir? Como hicieron Juan Rulfo, o Rimbaud, o Bartleby. Yo dejé de escribir por largas temporadas y me perdí en el deambulamiento desordenado por la superficie de la vida. Es la etapa de la irrelevancia en la vida. En mi caso fue por dejarme abrumar por los temas del trabajo, pero ahora no dejo que eso vuelva a pasar, me conecto con el centro de mi realización.

Se me ocurrió una idea curatorial para una exposición de arte en torno a la sumergencia. La llamaría VACÍOS, de modo provisional. Indagar en la producción de los artistas desde sus vacíos. Estos vacíos en la vida de un personaje, el tiempo olvidado, es lo que me interesa en la vida de los que están en búsqueda de algo. Son loos tiempos de perdedor. Pienso en los beats, en los underground... Gracias a la colección de PARA PRINCIPIANTES, aprendí a disfrutar de la corriente contracultural y otras afines desde que empecé a leer de sus vidas y cómo eran los episodios de sus vidas, dónde sufrían, cómo se resistían, descollaban, etc. Hablo de Kerouac, Miller, Burroughs, Rimbaud, Artaud... Bukowski. Crecí con ellos, fueron mi UNIVERSIDAD PORTÁTIL, o mi aeropuerto flotante. En todos ellos se puede observar un descenso, una caída, un desaparecer, que nos habla de un acto de sumergirse. Las personas se pieden cuando están demasiado inmersas en algo. Pero lo duro es lo que pega más. Perder a tu novia, quedarse sin plata, estar desempleado, volver a casa de tus padres y vender tus cosas, vivir con tus pertenencias encajonadas en el rincón de una sala, sin dinero para salir ni viajar, sólo trabajar y trabajar como un asceta en tu cubil. Es una especie de retiros forzados que en ocasiones revelan cosas maravillosas. Pues de ese descenso en las profundidades de tu propio abismo, de ese volver hacia dentro de ti, la pregunta es ¿qué ha de emerger?

Rodrigo Rada por ejemplo, artista cochabambino, me mostró sus dibujos, los que hizo en una época en la que la enfermedad lo relegó a la casa de sus padres para mantenerse. Una seria intervención médica lo mantuvo casi en retiro. Ese es un tipo de golpe de los que nos lanza la vida, sobre todo si tienes más de treinta años y te ves en esa situación dependiente. Uno tiene que ver esos dibujos de Rada en el Catálogo de Dibujos 1999-2013, publicado por la Fundación Simón I. Patiño y Kiosko Galería. La pregunta es pues qué pasa después del hundimiento. El golpe te hunde dentro de ti mismo. Pero qué emerge, si algo emerge. En ocsiones sale a flote una nueva calidad de voz, de expresión, de resistencia ante la situación, de deseo, la fuerza del pez que aprende a saltar tan alto que sobrepasa el nivel de la pecera del agua. La experiencia de sentir ese oxígeno del afuera por unos instantes. Así pues, la investigación de esta curaduría que se me ocurrió debe ubicar las etapas del trabajo de los artistas, los años perdidos en sus desarrollos. Hace bien a cualquiera salir fuera del radar por tiempos.

La condición del buen arte, de los mejores trabajos, es pasar por el olvido. A parte porque es necesario recuperar porciones de clandestinidad y de pasar desapercibido, para volver en algún momento. La zambullida que llamamos inmersió es muchas veces caerse, la depresión, la pérdida, la incertidumbre cuando se rompen tus estándares de comprensión de la vida. Los peces grandes caen hasta profundidades inéditas. Los sumergentes no están atados para nada con el sistema. Bob Dylan es un ejemplo de ser sumergente, lo hemos dicho. Bob Dylan sumergido, no volvió a ser el mismo que la audiencia en ciertos segmentos pedía a gritos que sea; Dylan era una columna de aire variable, una oscilación de velocidades de aire. Elvis Presley pasó a la memoria en cambio como una estrella más maniatada a su propia sombra, con mucho menos poder de reinvención. Dylan se reinventaba pero no para ajustarse a los tiempos, sino que se movía según su propio tiempo.

Jesús Urzagasti (1940-2013), escritor chaqueño muy querido, fue lo más cercano que conocí a un ser extraordinario y artístico de la talla de un Bob Dylan. Jesús era en muchas maneras un sumergente, un sumergido, que hacía aflorar su poesía todavía desde los lejanos confines que navegaba todavía en vida. Jesús cuidaba mucho de la privacidad de su mundo y de sus zambullidos. Le bastaba con disfrutar de la compañía de su esposa Sulma y sus tres hijos. Amigos tenía muchos pero lo conocí en un momento en que no estaba muy abierto a tener visitas en su casa muy seguido. Jesús fue mi amigo desde los abismos. En el abismo nos conocemos cuando realmente vale, y nos conectamos. En el abismo suceden los encuentros duraderos. Descender para ver si se puede alguna vez volver. El tiempo lo cambia todo. Jesús era una especie de brujo, que veía todo mucho más allá. Ahora cuando hablo con Lorgio Vaca recuerdo algunas cuestiones de la sabiduría y el ánimo de Jesús. Claro que Jesús era mucho más serio y estricto en ciertas cosas. A veces  uno temía haber dicho algo indebido, o ajeno al mundo de Jesús. Por ejemplo, una vez me corrigió, "trepar", que fea palabra, quiénes trepan. La usé cuando hablaba de alguien que había aprovechado oprtunidades para saltar más allá de donde correspondía. La forma de contar las cosas dice mucho de ti mismo. No volvi a usar esa palabra. Otra que le repelía era "transar", y sobre todo los que transan. También las manías de la clase burguesa, "ellos mismos se protegen entre ellos, se dan modos". Jesús era un príncipe, un hombre con honor y dignidad infinitas.

Pero de lo que hablamos aquí es de sumergirse y de los vacíos en el olvido, en la pobreza, etc. La pobreza es dura pero purificadora también. Estar desempleado es forjador de espíritus de acero. No le temo a la soledad, como tantas almas le tienen, pues vivo con ella, ella me comunica con el abismo. Jesús Urzagasti también cuenta de su soledad y sus condiciones de vida tan limitadas al llegar a La Paz y sobrevivir con un trabajo desde lo más bajo; lo hace en El país del silencio, la novela que publicó después de más de una década sin publicar. Es un vacío el que vivió después de lo que le pasó de afortunado con Tirinea. Luego estaba jodido, lo siguiente debía pagarlo con sangre y fuego. Ese libro es por ello tan especial. Con El país del silencio Jesús franqueó un umbral, pasó a estar en el sitial de los diferentes.

Pienso en otras experiencias de purificación de este tipo. Anoté en mi cuaderno U2 y sus llamadas crisis de composición de canciones en momentos definitorios. Eso que se daba a llamar las crisis, los momentos de mayor potencial de creación. No lo tomo por ahí. Sólo veo los recorridos y las caídas, y si aquello provoca una emergencia que nunca habría estado ahí. Pienso en Muhammad Alí privado de su licencia como boxeador, arrebatado el cinturón, afrontando el riesgo de la prisión. Se hundió en un mundo de mucho menos exposición como boxeador, pero al mismo tiempo estudió y comenzó su recorrido como inspirador, como conferencista. Escucharlo era otra cosa, su carisma incomparable. Sólo un talento como el suyo podría desempolvarse como él lo hizo para coronarse campeón de los pesados nuevamente en 1974. O me acuerdo ahora del hundimiento de Ronaldo, el fenómeno de Brasil, que nos influyó tanto en 1996; cuando apareció fue una estampida, un delantero moderno, el fútbol comenzaba a ser algo nuevo. Cambió la velocidad del fútbol. Luego, la final del mundial, y la derrota, su desvanecimiento horas antes del partido con Francia. Luego la terrible lesión de rodilla, y el infierno en vida que le tocó atravesar aquellas primeras noches después que lo operaran en Paris. Corría el año 2000. Ronaldo desapareció por un tiempo largo. Pero volvio y fue el goleador el 2002, ganando el Mundial.




viernes, 12 de enero de 2018

LOVE CHANGES



We fall in love with one version of someone
and then we expect them to stay that way,
but they never do.
So, I think we are suppose to learn to really
embrace the unknow,
embrace evolution.
And learn to have flow with it
as a living organism. 

OLIVIA WILDE 

INVESTIGACIÓN EN ARTES SEGÚN JUSTO PASTOR MELLADO


(Extraído del capítulo 5 del libro de Justo Pastor Mellado, ESCRITURA FUNCIONARIA, editorial Curatoria Forense).

Unidades de formación e investigación en artes visuales
Investigación, en este terreno, es sinónimo de producción de conocimiento. En cambio, la “investigación implícita” existente en todo trabajo de producción artística no está orientada a la producción de conocimiento, sino más que nada a la producción de obra. Entendamos que la producción de obra es un tipo específico de producción de conocimiento que, en términos estrictos, excede la tolerancia epistemológica de los procedimientos de trabajo universitario. Esto quiere decir que acarrea consigo una epistemología de segundo grado, por decirlo de algún modo, que corre unos riesgos impensables y que se sitúan en el terreno de la irreductibilidad.
Reinaldo Laddaga, en su Estética de Laboratorio, reproduce la pregunta que se formulara Paul Valéry en Piezas sobre arte (Madrid, Visor, 1999): ¿Qué son las obras de arte? Y que responde de la siguiente manera:

“Las obras de arte son ‘objetos’ en el sentido material de la expresión, o secuencias de acciones, como sucede en el drama o en la danza, o sumas de impresiones sucesivas que también son producidas por acciones, como en la música, que poseen un atributo adicional: estos objetos o secuencias de acciones, cuando funcionan, son de algún modo irreductibles”.


La irreductibilidad no es el objeto del trabajo de la investigación en artes plásticas. Su objeto plantea desde un comienzo la reducción de sus elementos y la delimitación de su campo de intervención. 


CONSTRUYENDO SUMERGENCIAS (III): DE BARTLEBY A BANKSY


Obra de Banksy en el parque instalación Bysmaland


Investigación sobre los seres sumergentes: Quiénes son. Qué los define. Por qué vale la pena tomar atención en ellos.

Hay un tipo de desobediencia a la que se llega al final de un ciclo grande en la vida. Hay un tipo de sublevación que ya no tiene ganas de nada, a la que ya no le entusiasman muchas cosas. ¿Desobediencia de potencia débil? De ello nos habla Melville en su relato corto Bartleby. Hay que ver cómo Bartleby es una experiencia subterránea, nos sumerge en un mundo de visiones completamente diferentes, nos transmite la frustración y cierta dejadez, el aburrimiento de alguien que ha trascendido todos los juegos de la vida común. También el de alguien que ha perdido algo muy grande que ya no se podrá recuperar nunca más, por lo que todo se relativiza. Espíritu exhausto. Bartleby es un relato molecular, porque viendo su historia y el desenlace, uno podría decir que no pasa realmente mucho, es algo monótona y estacionaria. Sin embargo por debajo, a nivel molecular, están pasando muchas cosas. La escritura está trabajando silenciosamente áreas descuidadas en la psiquis de los lectores.

Cuando decimos que es molecular solamente estamos siguiendo los criterios expuestos por Deleuze y Guattari en Mil Mesetas y El AntiEdipo. Ellos tuvieron el tiempo de escribir todo un análisis sobre Kafka, pero el precursor, y lo sabían, era Melville. No me queda duda de que Metamorfósis es una creación inspirada en Bartleby. En Bartleby se encuentra uno de los gérmenes de la idea de devenir-animal, devenir.insecto e imperceptible. Casi al final de su obra publicada, en 1993, Deleuze le dedica un ensayo ya memorable a estas alturas en su libro Crítica y clínica: "Bartleby el escribiente". Aquel libro tiene la expresa intención de atender a los intereses literarios del filósofo, pero siempre dentro de su diagrama de su trabajo, de su tipo de búsquedas.

El esquizoanálisis, análisis de líneas de vida, nos habla de la línea molecular. En esa línea suceden muchas cosas en Bartleby: El devenir-insecto de Bartleby, quien no era más que un ser desanimado, actuando al mínimo de sus energías. Preservaba por alguna cuestión de principios o de comodidad un espacio último de libertad para sí mismo, en el que decidía hacer o no hacer, sin importar dónde estuviese. Los que tienen mentalidad de esclavo aún arraigada en el inconsciente titubean y eligen llamar de jefes a sus superiores en una oficina. Bartleby no era particularmente un ser irrespetuoso, pero la desobediencia, por más calmada que sea, es una desautorización al poder, que se suele leer como falta de respeto.

Yo conocí a Bartleby de otra manera cuando vi a los ojos a mi abuelita en su encierro voluntario en la vejez, pasados los 80 años, en su alejada casita. Su insistencia era por preservar su libertad de espacio y de toma de decisión en su espacio. Las familias ya tienen sus normas y sus tiempos, me decía, yo quiero vivir aquí nomás haciendo mis cosas. Si me quieren ver me pueden visitar. Su corazón se había vuelto frío, aunque no perdiera la ternura que le brotaba en ocasiones. Esa sensación de auto-reclusión, ese retiro en el que uno se entrega luego de que ha perdido lo más querido, es lo que siento en Bartleby. No sabemos nada de su pasado, pero es una historia de rechazo, de indiferencia, hacia los valores puntales de la sociedad que no considera al individuo.


El parque Dismaland, una instalación de arte de Banksy en colaboración con varios artistas, es una experiencia de desencanto contemporáneo.


Hoy vuelvo a Bartleby por enésima vez, pues estoy buscando entender más del artista Banksy, graffitero y artista urbano reconocido a nivel mundial, pero de identidad desconocida durante más de veinte años. Ese es un primer dato para entender por qué los relaciono. Deleuze me enseñó a admirar la anonimidad de Bartleby. Su falta de preferencias, la imposibilidad de colgarle ningún cartel para definirlo. Bartleby sorprende porque no es identificable, de repente en la oficina donde trabaja se dan cuenta de que no está lejos de ser un fantasma, por su falta de pasado, de familia, de referencias de cualquier tipo.


Banksy documentary: Welcome to the Banksy art hotel in Bethlehem


 Banksy es un desconocido. Golpea a la sociedad con sus graffitis anónimos. Llevan su firma pero quién es él. Banksy preferiría no decir su nombre. La identidad, el nombre, el rostro, nos congelan, nos fijan. El rostro te hace sujetable, también tus señas, tus hábitos y tus preferencias. Por ello, como estrategia de resistencia, me interesa plantear un pensamiento inalámbrico, que alude directamente a procesos de subjetivación de resistencia. Lo que se necesita es descablearse de las prioridades de la sociedad, de su visión y de sus premuras. Mi propuesta es actuar desde una situación no atada ni aferrada a un punto clave, centro, ni derecha enraizante. Pero mantenerse conectado con una profundidad que te otorga balance. Es una sensación la conexión. Conectarse para no traicionarse a uno mismo. Pero saber si estás conectado y bien descableado es algo que hay que averiguar, que se observa en la acción. No basta con la voluntad, con la decisión. En algún punto nos sobrepasa. La acción humana sobrepasa al yo. (Los testamentos traicionados, Kundera). 




Banksy y su relación con Palestina. 

EL PADRINO RELECTURA




El Padrino (1969), la novela escrita por Mario Puzo, nos maravilló y no ha dejado de maravillar a varias generaciones desde su aparición. Después de haberla leído varias veces, después de haberla asimilado y dado vueltas por largo tiempo, nos hacemos una pregunta ociosa y tal vez divertida, pues deseamos entender mejor una cuestión: ¿Cuál fue el razonamiento que le permitió a Sollozo atreverse a ejecutar el gran ataque contra la Familia Corleone? Y relacionado a ello, ¿cuáles fueron los errores estratégicos de Vito Corleone al respecto?

Si hacemos un ejercicio, podría decirse que comienza por calibrar la real fuerza de los Corleone, y después de sopesar una serie de acontecimientos llega a la conclusión de que su fortaleza ha sido sobre-valorada por el resto de las Familias. Es decir, no se malentienda, le tiene muchísimo respeto a los Corleone, y no se metería así nomas con ninguno ellos,  pero dado que los necesita para iniciar sus operaciones con el tráfico de droga en América, se exige pensarlos y evaluarlos. Y cree descubrir que los Corleone están sobre-valorados principalmente gracias a que ellos mismos saben encubrir muy bien sus debilidades, son discretos por educación, no revelan nada que pueda perjudicarlos, ni siquiera se sospecha que puedan tener alguna división interna. Sin embargo, Sollozo necesita encontrar una grieta, y cree tenerla. Por lo pronto lo que sabe es que el Don, Vito Corleone, se está haciendo más viejo, que ha empezado a tener algunos descuidos, que se lo ve comprando fruta en el mercado de vez en cuando, y él se dice a sí mismo ¿por qué no enviar a un encargado para que cumpla esos sencillos menesteres? Pero el Don es un hombre de tradiciones, conserva algunas pequeñas manías, detalles que lo ligan a su pasado antes de que se convirtiera en alguien poderoso, y son estos detalles, después de todo, una especie de lazos que le aseguran mantenerse con los pies en la tierra: visitar a los viejos amigos, tocar las frutas, recorrer el antiguo vecindario. Vito es esencialmente un hombre sencillo, nada odiaría más que el deber de tener la mente ocupada todo el tiempo en el único objetivo de hacer más grande su imperio. En realidad le gusta ir por el barrio de vez en cuando, conversar aunque sea de manera muy breve con los viejos amigos que atienden sus negocios, tomar un helado con sus nietos, ese tipo de cosas. El Don desearía no tener que encerrarse en un fuerte militar los siete días de la semana, y más bien ser un ciudadano corriente y ordinario que puede pasar desapercibido en las calles al menos un par de horas. Pero sabe cuál es el precio que ha tenido que pagar con tal de lograr su objetivo central, que era asegurarse una buena vida para él y todos los miembros de su familia, que vivan con salud, dignidad y cierta holgura. El Don suspira por un instante, existe algo del hálito de la resignación en su rostro, al mismo tiempo no se reprocha nada, sale de su ilusión y vuelve a su trajín diario. Salir al mercado es una manera de estar en contacto con la gente y de no olvidar su procedencia, de alimentar su inocente ilusión, aunque sea por pequeños periodos de tiempo.

Sollozo pondera cada uno de estos detalles. El Don no es un sanguinario, no es un asesino por vocación, es un hombre de familia, riguroso, está todavía atado a ciertas creencias religiosas, es conservador y puritano, se está haciendo blando una vez que ha visto nacer a sus nietos, pero lo que lo convierte en peligroso es que se trata de un siciliano. Y un siciliano verdadero es, en cierto sentido, un personaje inalámbrico, aquel que está dispuesto a arriesgarlo todo cuando siente las llamas del fuego quemante y debe tomar una decisión impensable. Esto lo hace impredecible, peligroso. Nunca se sabe, el Don podría tener todavía algunos cartuchos en su repositorio. Por otra parte, es bien conocida la confianza que el Don le tiene a Tom Hagen, el germano-irlandés nombrado Consiglieri de la Familia; visto bien, Hagen es un hombre forjado con esfuerzo, un hombre recto y leal, que conoce de las condiciones duras de la vida, ¿pero es un hombre hecho para la guerra? ¿Podrá aconsejar al Don en trances de guerra? También se intuye que el Don ha de estar algo preocupado por no tener una figura clara de su predecesor. Sonny es demasiado impulsivo, temperamental, sanguinario cuando no necesita serlo, lo cual es signo de debilidad, mientras que Freddo es débil claramente, falto de carácter y de ambición, casi estúpido para algunos, aunque no se discuta su apariencia de hombre de buen corazón. 

Todo esto nos lo dice Mario Puzo a medida que avanza la novela, desde el primer capítulo, pero él no puede explicarnos qué es lo que nos está diciendo, no puede decirnos a dónde va. La modesta tarea de nosotros los lectores es comenzar a ver este asunto en forma de secuencias. La novela ha sido armada por secuencias y de una manera premeditada. Tal es así que el razonamiento de Sollozo se basa en todos los datos que Puzo nos va administrando al narrarnos quiénes eran Los Corleone. Todo se va hilando al mismo tiempo, somos partícipes en tiempo presente de lo que está a punto de suceder.

Un recurso admirable que se observa en el estilo de Puzo es su capacidad para sorprendernos. Y es porque nos prepara en las secuencias anteriores para esperar justamente lo contrario de lo que llega a suceder en secuencias posteriores. Nos engaña, juega con nosotros. Por ejemplo, la descripción cuidadosa que hace de las características y la mentalidad del Don, de su familia, de su organización, y la manera impecable y poderosa en que resuelve el asunto de John Fontane, su ahijado, genera una mística que distrae; luego convierte a un prepotente como Waltz en otro más de los seres atemorizados que ha torcido el brazo a la voluntad del Don. La acción que ordena el Don ante un idiota como Waltz, para persuadirlo de que coloque a Fontane en el rol principal de la película central del estudio, tiene ribetes que me impulsan a relacionarla con lo ocurrido el 9-11. Volveremos a ello. Por lo pronto no dejaremos de lado la cuestión de las secuencias y la sorpresa.

Decíamos que Puzo inicia la novela construyendo en el imaginario de los lectores la idea de que Don Corleone es el hombre más poderoso que existe, es temible, tanto así que ni siquiera le teme a la influencia de J. Edgar Hoover, el inclemente director del FBI. ¿Cómo es esto posible? ¿Puede suceder algo así en América? De modo que lo último que podemos imaginar es que le ocurra algo a este hombre tan poderoso. Pero justo antes de que tengamos demasiado tiempo para pensar, justo cuando estamos comenzando a familiarizarnos con los personajes, sucede el atentado orquestado por Sollozo. La ejecución de la idea que Sollozo tenía en mente es casi perfecta; su plan macabro concebido con aguda inteligencia psicológica y táctica, desnudó por completo los puntos de debilidad de la organización del Don, y para proceder en su ataque se encargó personalmente de contratar a los mejores hombres para ejecutar el plan en cada fase. Era importante no despertar sospechas, que no corrieran voces en los bajos fondos respecto de este reclutamiento. Sería un ataque simultáneo, en época de Navidad, cuando el común de los mortales está imbuido por ese espíritu de invitación a la paz, e inconscientemente todos han bajado un poco las defensas. El golpe de Sollozo deja perplejo a Fredo, que observa caído a su padre en la calle del mercado, con la espalda sangrante después de que le acertaran cinco o seis tiros en la espalda. El golpe nos deja perplejos también a los lectores, es el mismo efecto que Coppola logró producir en los espectadores al narrar la historia en el cine. Los sonidos aparatosos y estruendosos de esas armas disparando, el humo que sale de las pistolas, la tragedia impensada para un hombre invencible, y la música que acompaña llevándonos dos escalas más arriba en la pulsación de nuestros corazones, mientras Freddo se derrumba en llanto al lado del cuerpo sangrante de Don Corleone… Es un complot que funciona a la perfección. Así, uno de los grandes méritos de Puzo es saber narrar de una manera que el lector se entera de nuevas cosas y se sorprende junto a algunos de los personajes que en la historia sufren la misma reacción de sorpresa.

Pero esto no queda ahí para Sollozo. En otra parte de New York, a la salida de una tienda, dos hombres obligan a Hagen a subirse al carro con ellos. Puede observarse en estos acontecimientos que la Familia Corleone estaba completamente indefensa. No había esperado este ataque de ninguna manera, no había podido anticipar semejante acción temeraria tomada en contra de ellos. Una de las armas más temibles de los Corleone, lo recalca Puzo varias veces, es el sanguinario Lucca Brasi. Sollozo ya ha jugado sus cartas. Necesita cerrar el negocio, necesita la cooperación de los Corleone. No puede aceptar como respuesta ese “I would prefer not” a lo Bartleby que el Don le había hecho escuchar en su reunión previa. Para cerrar el negocio necesita conversar con un hombre que tenga la misma hambre que él, alguien que viva en los nuevos tiempos, no un líder desgastado y de la vieja escuela como el Don. El hombre que buscaba Sollozo era Sonny, el hijo mayor, alguien menos inteligente, evidentemente menos cuidadoso, pero con más deseos de hacer los negocios del futuro, y ciertamente el negocio de las drogas les traería muchos beneficios económicos. Lo que Sollozo no podía mencionar eran los problemas que venían con esa nueva bonanza, los problemas con políticos y autoridades, que eventualmente repercutirían en sus negocios. Don Corleone valoró muy bien sus opciones y los peligros, no pensaba arriesgar lo que había logrado, por tratar de conseguir más de lo que ya tenía, que es poder, por el simple objetivo de subir sus ganancias. Cuando el Don se había disgustado tanto con Sonny por intervenir imprudentemente en la conversación con Sollozo tenía una razón clara: le había mostrado a Sollozo que tal vez no todos estaban de acuerdo con el Don, que no perseguían las mismas cosas, pero que estaban maniatados por su jerarquía e incuestionable figura. De ese modo Sollozo entendió que no era el imperio Corleone el que se oponía a cooperarle, era solamente el Don. Esto lo conversa con Hagen cuando lo tiene capturado. A Lucca Brasi y al Don decide matarlos, pero a Hagen le dará otro trato, y consiste en ablandar su juicio, persuadirlo de que lo mejor que pueden hacer en adelante es cooperar con él. La misión de Hagen será convencer a los suyos de lo mismo. De entrada avisa y recalca que el Don ya ha sido asesinado, intenta así golpear a la confianza interna de Hagen, lo desmoraliza por unos instantes, lo afecta de mil pensamientos terribles en su cabeza, y luego se muestra persuasivo: es sólo negocios, él quiere la plata, quiere el poder que le dará el nuevo negocio. En realidad, lo que desea es reconfigurar el centro de poder en la escena de la Mafia italiana radicada en los Estados Unidos. En una nueva era, él, junto a los Tataglia hasta por ahí, y apoyado en Barzini, deberán dirigir el pulso de lo que pasa en esa ciudad y en el país, y después más allá. Es un hombre muy ambicioso Sollozo, y su inteligencia no pierde el paso. Comete un acto que puede desencadenar la guerra entre las Familias, pero al mismo tiempo toma la medida preventiva, que consiste en usar a Hagen como el conciliador. Seguramente, eso calcula, los Corleone junto con sus dos caporegimes Tessio y Clemenza, sentirán el bajón anímico, la reducción invaluable de sus fuerzas ante la partida del Don, y si le suman las dotes persuasivas de Hagen convencido de que lo mejor es quedarse con algo antes de que lo pierdan todo, puede pensarse en un escenario donde los Corleone den su brazo a torcer. El plan es casi perfecto. La fortaleza de la Familia del Don se había constituido en manera piramidal, pese a todos sus esfuerzos por descentralizar en cierta medida el poder. De modo que una vez salida de la figura su cabeza, toda la estructura tendría que conmoverse y sentirse algo perdida, quizá hasta desprotegida. Pero lo que Sollozo no había tomado en cuenta era la segunda línea de fuego de los Corleone. Santino, como lo llamaba su padre, junto a los caporegimes eran todavía una fuerza de temer, y Hagen sólo podía llevar sabiduría a esa fuerza. Sin embargo, el arma secreta, el personaje que más nos impacta, es Michael Corleone. Es un arma escondida cuando ni él mismo sabía que era un arma escondida. Los hechos lo revelan como tal. Si Michael no se hubiera plantado en tal manera contra el capitán Mac Cusley a la salida del hospital, Sollozo nunca hubiera tomado atención en él. Pero Sollozo oye muy bien lo que el capitán tiene para contarle de él, de modo que propone una reunión itinerante a los Corleone, y requiere que sea Michael el que oficie de representante, a solas, en compañía única del jefe de la policía, Mac Cusley.

  
Bastante de su pensamiento se revela cuando conversa y razona con el Consiglieri Tom Hagen una vez que lo ha secuestrado. Esa ocasión persuade a Tom de que ya no tienen el poder de antes, principalmente porque la mejor época del Don ya ha pasado. 



[continuará]